miércoles, 17 de enero de 2007

La democracia socialista según Casaldáliga

Celestina Tenerías

Según don Pedro Casaldáliga, obispo y poeta catalán, activo ejerciente por vocación y compromiso evangélicos con su fe en el Mato Grosso brasileño, nunca como ahora tuvo el término democracia un carácter más polisémico y en ocasiones contradictorio, gracias sobre todo a la apropiación que del mismo ha hecho el señor Bush para justificar mediáticamente su política intervencionista de carácter militar. Conviene por lo tanto, en opinión de don Pedro, rediscutir este concepto y saber de qué hablamos cuando lo hacemos sobre democracia. No puede consistir ésta en votar, callar y ver la tele, como sucinto alcance de su calado más simple. Tampoco va mucho más allá una democracia que para las mayorías es fundamentalmente electoral, con todos las restricciones impuestas por el capital y sus medios de comunicación. La democracia que nosostros defendemos –afirma monseñor Casaldáliga en su interesente artículo con motivo de la edición de la Agenda Latinoamericana 2007- no sólo puede ser «socialista», sino que debe serlo; con un socialismo no vergonzante, aunque escarmentado. O se socializa la participación de todas las personas y de todos los pueblos en los derechos a la vida, a la dignidad, a la libertad, a la alteridad, o no habrá ni democracia ni paz. Lo que va de historia de la democracia en Occidente puede ser una buena lección para no identificar a priori una sociedad democrática con una sociedad verdaderamente humana. Para que la religión no sea un gran enemigo de la democracia, como con frecuencia lo ha sido y aún lo es, hasta Dios debe ser «democratizado» de otro modo. La respectiva vivencia religiosa de la fe se debe abrir al diálogo en el pluralismo y debe compartir en la acción volcada hacia las grandes causas comunes de la vida y de todo el ser del universo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué diría Casaldáliga de la COPE de sus ¿colegas? españoles. Buen contraste de noticias en DdA.

Anónimo dijo...

Bueno..de esa palabra tan bella llamada Democracia todo el mundo se apropia. Hasta los comunistas de la antigua Alemania del Este llamaban a su país "República democrática". ¿Un Obispo demócrata? Venga Dios y lo diga.

Anónimo dijo...

Si viniera y viera, retornaría a su Olimpo ante la desfachatez de las iglesias que usan su nombre en vano.

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