miércoles, 3 de enero de 2007

El linchamiento de Saddam Hussein

Celestina Tenerías

Si todo empezó mal con la mentira como excusa para invadir y conquistar un país y llenarlo de miles y miles de muertos y millones de víctimas de su tragedia. Si todo siguió peor con la afrentosa captura y exhibición de su ex presidente, mostrado como un sucio pordiosero al que se le despiojaba y revisaba la dentadura como a una bestia. Si Irak entero estalla en sangre cada día como si su historia cotidiana estuviera abocada a un porvenir oscuro de barbarie. ¿Qué nos puede extrañar, con esos precedentes, que la ejecución de Saddam Hussein haya sido a la postre un linchamiento ignominiosamente contemplado por el mundo a través de un vídeo que incluso los más sesudos y respetables periódicos han reproducido en sus páginas electrónicas? Hasta ahí hemos llegado porque todo cuanto está sucediendo en aquella nación constituye una degradante página de nuestros días en la que de nada han servido las apelaciones de los organismos internacionales frente a la codicia imperialista de los invasores. Hemos visto elocuentes imágenes de la tortura y el crimen en directo a lo largo de esa conquista a sangre y fuego, ¿qué novedad puede aportar a esa saga de ignominias que un condenado a muerte sea insultado y vejado antes del fin y que unos miserables exhiban los minutos previos a su muerte? Toda la prensa internacional se ha hecho eco de ese abyecto proceder sin resistirse al morbo de un espectáculo que nos denigra como consumidores potenciales y reales de ese sucio producto informativo difundido por la televisión Al Iraqiya. El linchamiento de Saddam Hussein es la culminación infamante de un proceso judicial injusto e imparcial, reconocido por organizaciones de prestigio como Amnesty Internacional y Human Rights Watch, que denunciaron el carácter ilegítimo del tribunal, títere de la custodia estadounidense, y la violación de los derechos de la defensa con el asesinato de hasta tres de sus abogados. Don Alejandro Teitelbaum nos recuerda en su excelente artículo que la llamada ley de Lynch se debe precisamente a los autores intelectuales del linchamiento de Saddam. Si la pena de muerte es per se más venganza que justicia, con la ejecución del ex presidente iraquí se ha superado lo indecible esa apreciación.

RedDiario

Crónica
NUEVA CRUZADA CONTRA LA PENA DE MUERTE

"El asesinato de un dictador no es una contribución a la democracia y la paz, sino un acto bárbaro, incivilizado", declaró el jefe del Partido Radical italiano, Marco Panella, tras la ejecución de Saddam Hussein. Con una huelga de hambre que inició el 26 de diciembre, el carismático político libra su batalla contra la pena de muerte, que considera "un tumor que debe ser extirpado". Panella no está solo en esta cruzada. El ministro de Relaciones Exteriores, Massimo D'Alema, anunció que Italia planea una acción contra la "barbarie" de la pena de muerte y aseguró que éste será uno de los temas prioritarios de la política exterior de su país. También el jefe de gobierno de Roma, Romano Prodi, respalda la iniciativa.
Deutsche Welle.

Noticia
FUNCIONARIOS USA INTENTARON POSPONER LA EJECUCIÓN
Funcionarios estadounidenses ahora sostienen que hicieron esfuerzos diligentes para posponer la ejecución de Hussein hasta sus últimas horas de vida. En una entrevista con el New York Times, los funcionarios dijeron que presionaron para posponerla en parte porque tenían dudas sobre la legalidad de la ejecución en virtud del derecho internacional.
Boletín de Democracy Now.

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