martes, 5 de diciembre de 2006

¿Se le rendirán honores a Pinochet?

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Lazarillo

La hija del general Pinochet fue ayer sumamente expresiva en sus declaraciones a la prensa. Habló de milagro en la recuperación de su padre y certificó la razón al amparo de su fe en Dios y la fuerza de los rezos. Este Diario no pudo resistirse a reflejar esa noticia publicada en el diario La Tercera, coincidente con otra en la que se anunciaba la libertad bajo fianza del dictador, sometido hasta ese momento a un arresto domiciliario por el caso de dos ejecuciones en la llamada Caravana de la Muerte.

Esta vez, el ingreso del general Augusto en el Hospital Militar de Santiago llegó a los medios envuelto en la contingencia de una previsible agonía. Se trataba de una afección cardiaca grave que dada la edad y el dilatado currículo de achaques del enfermo presuponía un riesgo cierto para su vida. Ante la previsión mortuoria del desenlace, sirvió la ocasión para concitar a sus partidarios y detractores ante las puertas del centro sanitario. También se escribieron no pocos artículos a modo de balance en los que se daba casi por acabado el tránsito vital del dictador.

Entre los que han merecido mi estimación, no puedo dejar sin referencia un párrafo del que firma don Jaime Richart y en el que da por supuesto el fallecimiento del general golpista tras su largo itinerario de regates a la Justicia por razones de salud: Está demasiado claro, como para que el mundo se llame a engaño, que, por más escrupulosa que haya sido la justicia chilena con las garantías procedimentales, no hubo mucho más premiosidad deliberada por su parte que plausible celo. Había muchos indicios para pensar que tanto la Justicia como las instituciones tenían calculado perfectamente el tempo de los procesos y la solución final para el dictador nonagenario. Que no era otra, que la espera paciente a la muerte natural del monstruo que ordenaba (o permitía, da igual) que, por comunistas o sospechosos, fueran arrojados al mar desde los aviones centenares de seres humanos mientras él rezaba el rosario.

Pues bien, además de eso que Richart expone, aún le aguarda a la ciudadanía demócrata de aquel país un último y duro trago. La señora ministra de Defensa de Chile lo acaba de apuntar en unas polémicas declaraciones: Augusto Pinochet podría recibir un funeral de Estado y honores militares. Si el Ejército decide esta última ceremonia, doña Viviane Blanlot tiene previsto acompañar a la institición en la misma.

En caso de que el parecer del gobierno de doña Michelle Bachelet se corresponde con el de su ministra, a una senectud en permanente burla de la Justicia añadirá el general Augusto, ante unas exequias de ese carácter, una póstuma ofensa a la democracia que las permite y/o preside. Sobre esa tumba pesará siempre la memoria indeleble de un significado delincuente contra la Humanidad en nombre de un Estado terrorista.

RedDiario

Noticia
LOS HONORES MILITARES ESTÁN PREVISTOS
Bachelet define con general Izurieta la planificación para el funeral de Pinochet. En el encuentro, el general Izurieta le informó a la Mandataria que se contempla rendirle honores a Pinochet por haber sido comandante en jefe del Ejército, lo que implica velarlo en la Escuela Militar y que le rinda honores una compañía de cadetes.
La Tercera.

Noticia
SUS RESTOS SERÁN INCINERADOS
Mientras subsisten las dudas sobre el tratamiento gubernamental a su eventual muerte, hoy se supo que los restos del ex dictador serían cremados, evitándose así la profanación de su tumba.
Crónica Digital.

Artículo
TODO FALSO, UNA MENTIRA ESTUDIADA
Todo el cuento en el corazón de Pinochet es falso, los curas, las monjas, las caras de sus chupamedias, la caradura del médico que habló sin informar nada, no dijo nada, el invento de bypass que su hijo anunció en la mañana, fue eso, una mentira estudiada, una falsedad, también el cuento de la unidad intensiva, estaba sin oxígeno en su cama, no en cuidados intermedios, no en la unidad coronaria, no en cuidados intensivos, noticias periodísticas repetidas taratateadas en flashes, confusas en lo médico pero precisas, llamando a escándalo, no tuvo ningún infarto del miocardio, no hubo ninguna necrosis, ninguna isquemia, ninguna hipoxia, ningún espasmo coronario, sus hijos reían tras las ventanas, creían reírse de todos tras las ventanas.
Luis Enrique Peebles, PiensaChile.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Para Bachelet tampoco va a ser fácil ese trago, si el Ejército rinde honores, se trata de un Ejército sin honor, y si la democracia lo permite, tampoco tiene honor esa democracia.

Anónimo dijo...

Un siglo podría cumplir el dictador y la justicia seguir esperando a su muerte.

Anónimo dijo...

Rendir honores a Pinochet es el rendimiento de la democracia chilena.

Anónimo dijo...

Mentira la justicia, mentira la democracia, mentira los medios, ¿dónde la verdad?

Anónimo dijo...

Con la credibilidad que tuvo la noticia de la agonía y los pocos efectos que está teniendo la creciente posibilidad de que se tratara de un montaje, cabe imaginar la manipulación mediática en que vive este mundo sobre otros asuntos de mayor calado.

Anónimo dijo...

¿Como es aquello que dicen? ah sí, mala hierba nunca muere.

La democracia chilena ya se rindió hace tiempo permitiendo a este individuo seguir su vida como si tal cosa.

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