Raúl Castro ofrece negociar el diferendo entre USA y Cuba

Celestina Tenerías

Finalmente, y pese a que los medios en su mayoría no llegaran a garantizar su ausencia como un hecho definitivo horas antes de las celebraciones, Fidel Castro no estuvo en los actos conmemorativos de su octógesimo aniversario que han tenido lugar hoy en La Habana. Se llegó a especular incluso con la posibilidad de que el anciano Comandante pudiera acudir por sorpresa en última instancia, a fin de evitar con ello las interpretaciones que ahora acaso puedan hacerse respecto a la demasido lenta, muy complicada e incluso imprevisible recuperación del convaleciente líder cubano. A falta de la comparecencia pública de Fidel Castro, que sin duda habría sido la noticia capital de la jornada, su hermano Raúl, que ocupa la presidencia en funciones del país desde el pasado 31 de julio, dijo lo que sigue y merece ser considerado como un ofrecimiento de suma significación en las actuales circunstancias y digno de titular subrayado en el día de la fecha:

Estamos convencidos de que la salida a los acuciantes conflictos que enfrenta la Humanidad no está en las guerras, sino en las soluciones políticas. Sirva la oportunidad para nuevamente declarar nuestra disposición de resolver en la mesa de negociaciones el prolongado diferendo entre Estados Unidos y Cuba, claro está, siempre que acepten, como ya dijimos en otra ocasión, nuestra condición de país que no tolera sombras a su independencia y sobre la base de los principios de igualdad, reciprocidad, no injerencia y respeto mutuo.Mientras tanto, después de casi medio siglo, estamos dispuestos a esperar pacientemente el momento en que se imponga el sentido común en la conducta de los círculos del poder en Washington.Con independencia de ello, proseguiremos consolidando la invulnerabilidad militar de la nación sobre la base de la concepción estratégica de la Guerra de Todo el Pueblo, cuya planificación e introducción iniciamos hace 25 años. Este tipo de guerra popular, como ya se ha demostrado de modo reiterado en la historia contemporánea, es sencillamente imbatible.
(Resto del discurso, aquí).