domingo, 10 de diciembre de 2006
Putin tira al blanco
Melibea
La fotografía forma parte substancial del periodismo. Desde que las imágenes fueron estampadas en las páginas impresas de los diarios, su contribución a la historia contemporánea ha sido decisiva para ilustrar ciertos pasajes memorables de la actualidad. Por lo general, esa ilustración instantánea de los hechos o los personajes que configuran nuestro presente cuenta siempre con la puntualización descriptiva de la palabra, que fija datos, circunstancias y referencias. De la fotografía que nos llegó desde Moscú a través de Reuters no tenemos más consignación que la de su reconocido protagonista, el presidente Vladimir Putin, y el lugar donde ha sido tomada, una galería de tiro de la policía de la capital rusa. Ignoro si la presencia de los reporteros gráficos en tales dependencias obedecía a una cita previa de carácter noticioso, requerida por lo tanto de difusión pública. Aunque se me escapa qué sentido informativo puede tener, al día de hoy, el ofrecimiento de la imagen del señor Putin en apostura de ducho pistolero, como no sea el de importunarle. Un ex agente secreto ruso fue asesinado hace semanas en Londres con polonio 210 y toda una oscura trama parece tener su origen en Moscú con objeto de acabar con la vida de Alexander Litvinenko. Investigaba éste el asesinato a tiros el pasado mes de octubre de Anna Politkovskaya, la periodista que más criticó al presidente ruso por su política represiva en Chechenia. Tras el entierro de la víctima, que se convirtió al Islam antes de fallecer, el padre del ex oficial acusó a Putin de la muerte de su hijo. Ahora, la esposa de Litvinenko, en unas declaraciones a Sunday Times, viene a sugerir lo mismo. El título de la fotografía que ha puesto en difusión Reuters no es el que aquí figura, pero es obvio -por evidentemente objetivo- que es el que más le cuadra a la imagen y menos favorece a quien la protagoniza.
RedDiario
Crónica
TRES BALLENAS ESPERANDO EL ARPÓN
Es de sumo interés, dentro de la interesante crónica política ofrecida hoy por la corresponsal del diario El País en Moscú, Pilar Bonet, el apartado que se incluye en la misma bajo el título "Tres ballenas esperando el arpón", referido al grave y creciente problema de la corrupción en Rusia: Un total de 50.000 transgresiones de la ley cometidas por distintos funcionarios de la Administración y 600 procesos penales incoados son el balance de las inspecciones realizadas por la Fiscalía en distintos departamentos de la administración del Estado, según el fiscal general, Yuri Chaika.El fiscal, que sustituyó a Dimitri Ustínov en junio pasado, dio estos datos el 7 de diciembre al presentar al Gobierno su primer informe especial sobre la corrupción. A lo largo de los últimos años, la lucha contra este cáncer ha experimentado flujos y reflujos según la coyuntura política, pero rara vez ha producido resultados radicales. Chaika tiene una oportunidad de poner a prueba su seriedad en dos grandes asuntos pendientes. El primero tiene que ver con las supuestas compras fraudulentas del Fondo de Pensiones, una institución dirigida en el pasado por el actual ministro de Sanidad, Mijaíl Zurábov. El otro es una historia de contrabando (con muertos incluidos) denominada Tres ballenas, debido a la empresa importadora de muebles que se convirtió en el centro de una pugna entre distintos sectores vinculados a los servicios de Aduanas y al Servicio Federal de Seguridad. El diputado y periodista Yuri Schekochijin estaba investigando el asunto de las Tres Ballenas cuando murió en 2003 de una súbita enfermedad, oficialmente una reacción alérgica, pocos días antes de volar a EE UU para tratar el asunto con el FBI. Como diputado, había insistido en que la Fiscalía de Rusia investigara el asunto, que, según él, no sólo estaba relacionado con el contrabando de muebles, sino de lavado de dinero a través del Bank of New York y también de posible contrabando de armas. La Fiscalía se negó a abrir una investigación sobre la muerte de Schekochijin, y la clínica donde falleció no quiso entregar el expediente médico del muerto a su hijo para hacer una investigación independiente. Según Nóvaya Gazeta, el diario donde trabajaba el diputado, algunos de los médicos que trataron al paciente se refirieron a un envenenamiento. (En esta publicación bisemanal trabajaba asimismo desde 1999 Anna Politkovskaya, dos de cuyos compañeros han recibido semanas atrás amenazas de muerte).
Artículo
LA MUERTE DE LITVINENKO: CHISMES, HIPÓTESIS, ELUCUBRACIONES
Al desembrollar la maraña de versiones, los detectives británicos actuarán con sabiduría si se guían por la sentencia de su jefe John Reid, ministro del Interior. Al responder a la pregunta relativa a la versión Nº 5: ¿Estará implicado el Kremlin en la muerte de Litvinenko?, el titular dijo: "La peor variante son las suposiciones. No vaya a ser que tengamos que avergonzarnos después".
Vladímir Simonov, Red Voltaire.
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