jueves, 28 de diciembre de 2006

Locutor Dragó presentará Diario de la Noche

Lazarillo

Le tengo una vieja simpatía a locutor Dragó -así le llamaba Umbral- desde que vivía en una buhardilla de Malasaña caracterizada por una confortable alcoba llena de espejos. Hay quien dice que el escritor Sánchez Dragó es ducho sobre todo en el oficio de la lengua, más que en el de la pluma, pero valga lo uno por lo otro para hacerse querer entre los jefes de la airada oposición que pueden encomendarle en cualquier momento un telediario. El de Telemadrid por las noches lo dirigía hasta hace poco don Germán Yanke, pero tuvo la impertinencia de entrevistar a doña Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad y defensora de la libertad en Cuba. Por libre en Madrid y no en La Habana se fue don Germán a la calle, incapaz de comprender que la cólera de Aguirre puede superar a la de Dios cuando la dejan en entredicho ante las cámaras, aunque sea de un modo tan profesional como el del señor Yanke, que se limitó sólo a plantear las preguntas que competen a la dignidad del oficio, no a su servilismo. Por profesional se fue don Germán de Telemadrid y por todo lo contrario accede ahora locutor Dragó, que no lo es, dispuesto a echar lengua las horas que sean para mayor realce del régimen autonómico tutelado por doña Espe. Como por fortuna carezco de la ventana audiovisual correspondiente para comprobar la telegenia infatuada de don Fernando y su virtuosismo de pico para aderezar el noticiario, quedo en deuda con el respetable para la comprobación de mis previsiones y prometo disculparme en caso de yerro. Todo sea por la simpatía que me merecía el señor Sánchez Dragó cuando iba de ácrata por los teatros del anarcosindicalismo y exhibía aquellas coquetas buhardillas donde sin duda se recreaba en sueños y holganzas de Narciso. Asegura don Fernando que su Diario de la Noche será neutral, independiente y libre. Me gustaría creerlo pero no soy capaz. Mucho tendría que cambiar el viciado protagonismo de su director para lograrlo y la estricta capacidad permisiva de la señora Aguirre para favorecerlo.

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