sábado, 18 de noviembre de 2006

No aseguramos que las palabras salven vidas, pero el silencio mata

Image Hosted by ImageShack.us

Ángeles Moya Vega

Durante el mes de septiembre he tenido la ocasión de viajar por Guatemala. La excusa o el motivo de este viaje ha sido visitar a mi hija que trabaja en un proyecto para Médicos Sin Fronteras. No voy a hablar aquí de los hermosos bosques, los lagos, la selva de un país que me ha impresionado por su belleza. Impresionada también he quedado por la labor que realiza MSF, organización que he tenido ocasión de conocer sobre el terreno. Los compañeros y compañeras de mi hija son de diferentes nacionalidades: Colombia, Estados Unidos, Argentina, Francia, Guatemala. Porque esta organización trabaja con “locales”, personas que son de la zona donde se desarrolla el proyecto. Están ahí para aportar su ayuda a las personas en situación de precariedad que son víctimas de catástrofes bien de origen natural o humano y de conflictos armados.

Ojeando las fotos que he hecho como recuerdo de este viaje, a los/as compañeros/as de MSF de mi hija, he visto la alegría que reflejan sus rostros. Y he recordado la camaradería y el compañerismo que hay entre ellos. El entusiasmo y la alegría que trasmiten. Hacía mucho tiempo que necesitaba reír, y olvidarme un poco de mí y de mis problemas. Ha sido una buena terapia convivir unos días con MSF. El tiempo que he compartido con ellos, conocer cómo y en qué trabajan. La motivación que mueve a estas personas así como su sentido de responsabilidad y sociabilidad. He conocido el sufrimiento que producen enfermedades que no venden, como el mal de CHAGAS, porque no es negocio que atraiga a la industria farmacéutica, ni tampoco es un tema de interés político o periodístico. En definitiva ha sido una experiencia muy gratificante para mí conocer desde cerca el trabajo de esta organización. Siento una cierta envidia de mi hija porque pienso que ha sido muy afortunada de poder vivir otras realidades que están ahí y a veces no queremos ver.

Quiero terminar con esta frase de MSF: No podemos asegurar que las palabras salven vidas, sí sabemos que el silencio mata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario