martes, 21 de noviembre de 2006

Los obispos insumisos

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Félix Población

Por aquello de que durante el fin de semana los noticiarios carecen de la dinámica informativa habitual en los días de labor, varias veces soporté en los telediarios la actitud insumisa de monseñor Martínez, el arzobispo de Granada, llamando a la objeción de conciencia y a la desobediencia civil ante la promulgación por el Parlamento de España de la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía.

Ignoro si la carencia de noticias obliga a los responsables de la televisión pública a reiterar aquéllas en las que sus protagonistas faltan al respeto a una de las máximas instituciones de la nación y atentan de palabra contra la legislación democrática que allí se aprueba. Estoy convencido de que sólo a la católica iglesia, por ser lo que ha sido y es, se le permiten esas libertades repetitivas de difusión en razón al temor que su acción amotinada puede comportar para un Gobierno medroso ante su poder de convocatoria.

A lo largo de la actual legislatura hemos podido comprobar la desfachatez partidista de unos respetables monseñores echados a la calle bajo las pancartas de la airada oposición. Por entonces todavía no se había aprobado la nueva financiación de la institución que representan y que tan bien les ha salido a la postre. Pero como no sólo de pan vive el hombre, la actitud de la jerarquía eclesiástica no parece sentirse contrita por ese pasado inédito de marchas callejeras bajo las siglas del PP.

Lo que ha dicho don Javier Martínez en el Congreso Nacional de Enseñanza Privada tampoco es una excepción propia de una opinión personal más o menos regresiva. El arzobispo Martínez cuenta para despacharse tan a las bravas con el beneplácito del mismísimo primado Cañizares, quien refiriéndose a una ley aprobada por el Parlamento de la nación sentenció: o se retira o cabe promover movilizaciones a niveles de opinión pública y objeción de conciencia.

La señora ministra de Educación se ha referido a estas declaraciones calificándoles de error en el sentido en que la iglesia católica no se suma al esfuerzo educativo por promover los valores democráticos y ciudadanos que comporta la nueva materia de enseñanza. Mi estimadísima doña Mercedes Cabrera, reconocida descendiente de una familia de sabia y tolerante adscripción a la formación laica republicana, ¿se puede esperar eso de quienes postulan la retirada de lo que los representantes de la ciudadanía han debatido y aprobado en la más sustantiva institución democrática del país?

Los propósitos del primado Cañizares y su pastor Martínez no pertenecen ni a la sociedad ni al Estado de nuestros días. Sólo se puede conjugar en tiempo de pasado imperfecto, nada ejemplar como se sabe para añorarlo, sobre todo para quienes acaso se sienten tentados de hacerlo con semejantes manifestaciones.

RedDiario

Noticia
CONTRA LA VIOLENCIA ESCOLAR
El Gobierno confía en que la asignatura Educación para la Ciudadanía sirva para combatir la creciente violencia escolar.
20minutos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tenemos un partido de derecha que no ha condenado el franquismo y a la iglesia católoca que se cree en tiempos del franquismo, ¿cómo no van a ir bajo las mismas pancartas?.

Anónimo dijo...

Se trata de una asignatura elemental por necesaria, si quienes la imparten dan ejemplo.

Anónimo dijo...

Y no como los curas, que es eso sí que daban ejemplo cuando su asignatura era la única fe y salvación de las almas.

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