miércoles, 8 de noviembre de 2006

El Señor de las Lluvias

Image Hosted by ImageShack.us

Félix Población

Llueve sobre España. Desde que soy padre celebro con mi hija los días de lluvia porque creo que aseguran su porvenir en esta península donde arden los bosques y decrecen los embalses. Esos días nos asomamos a la ventana sobre la vega del río, para respirar el olor de la tierra húmeda, o salimos al campo bajo el chubasquero para que nos toque el agua y sentir así mejor la frescura de su simiente de vida.

No hace mucho la ministra de Medio Ambiente advirtió a este país que derrochamos el agua y que bastaría con 60 litros por persona para nuestro consumo diario. Hubo entre la prensa montaraz de la airada oposición críticas simplistas y sarcásticas, propias de quienes consideran los diagnósticos sobre el cambio climático presunciones de ecologistas ociosos y se limitan en su cerrazón a despreciar cuanto ignoran sobre esta crucial materia.

Para quienes están en esa sintonía de insensibilidad ante nuestro entorno, la historia de don Rodrigo Vivas no merecerá el acopio de escucha y admiración que le dispensó mi hija de 11 años:

A don Rodrigo le llaman en su país, Colombia, El Señor de las Lluvias, y acaba de obtener el premio internacional más importante que la ONU y la Fundación japonesa Sasakawa conceden a la investigación ambiental. El proyecto por el que el señor Vivas fue premiado se llama Cosecha de Lluvias y constituye una iniciativa de largo alcance para el abastecimiento con el agua de las nubes de ámbitos rurales áridos y semiáridos como los que se dan en su país y en Méjico, Bolivia o Perú.

Don Rodrigo Vivas es impulsor de la Fundación no gubernamental Acción Ambiental, que trabaja con el campesinado en la protección de la biodiversidad y la consolidación de organizaciones comunitarias para el desarrollo, así como director del Consorcio para la Agricultura Sostenible que lleva a cabo su actividad en 23 distritos rurales de la región andina de Colombia. La meta de este cosechador de lluvias es sembrar de cisternas su país, hasta medio millón, tal como ha hecho ya en 40 municipios.

Estima este joven abogado y animoso activista del agua del cielo que el modelo vigente en América Latina es ecológica e hídricamente insostenible, que el mundo en general está llegando a una situación extrema de desperdicio y depredación de las fuentes de agua que obligan a la máxima concienciación y lucha contra la pobreza y la desertización por parte de todos.

Para llegar a esa credencial de conciencia quizá haya que considerarse, como don Rodrigo, un hombre de campo, hijo y nieto de campesinos, a quien se le encendió esa idea hoy premiada el día en que su pequeño de 9 años hubo de regresar de la escuela porque faltaba el agua y se temía una epidemia por insalubridad.

Demos a beber a nuestros hijos el sentido y el sentimiento, el respeto y la responsable trascendencia de la lluvia sobre nuestras vidas. Ese indispensable caudal de enseñanza las hará sin duda más fértiles.

RedDiario

Artículo
EL INTERESADO MENOSPRECIO DE LOS MONTARACES
Sorprende, por el contrario, que en la COPE no sea infrecuente escuchar a Jiménez y su cuadrilla arremeter con su habitual menosprecio e intolerancia contra quienes vienen llamando la atención a propósito del efecto invernadero y el impacto medioambiental del crecimiento económico incontrolado. Es línea argumental que viene de antiguo y que corresponde con las directrices emanadas de los think thanks del pensamiento neoconservador norteamericano, tan cercano al locutor ideólogo de la radio de los obispos.
Ventura Haba, El Plural.

Artículo (09-XI-06)
PENSAMIENTOS MUTILADOS
He leído al completo un compendio periodístico titulado 'Las ideas que mueven el mundo', con una docena de artículos firmados por autores de postín. Y es relativamente curioso -relativamente porque como dijo el emperador Marco Aurelio: 'Quien ha visto desde el alba a la noche un día del hombre, los ha visto todos'- que ninguno de los articulistas apenas toque el aspecto crucial del fin no ya de la historia, sino de las fuentes de la vida, de la vida misma que aparece en el horizonte inmediato entre luces pálidas y negras sombras. Y es que si los españoles se caracterizan en general por su despreocupación, por su inclinación a improvisar, los intelectuales españoles, o los que pasan por tales, son más diletantes que capaces de mover el mundo.
Jaime Richart, Argenpress.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Casi es peor el menosprecio que el desprecio porque éste nace de la ignorancia y aquél de la mala fe.

Anónimo dijo...

Le felicito por la sensibilidad de su artículo. Enhorabuena por su blog.

Publicar un comentario