jueves, 5 de octubre de 2006

Amando de Miguel y su guerra civil

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Félix Población

Ha dicho el sociólogo don Amando de Miguel que el separatismo vigente en España nos puede conducir de nuevo a una guerra civil. Tan desaforado diagnóstico, expresado ayer en el acto inaugural de la Fundación en Defensa de la Nación Española, es impropio de todo un catedrático universitario pródigo en obra y tribunas, pero no cabía esperar otra cosa de quien lleva tiempo suscrito a la peña del resentimiento y la inquina mediáticos como válvulas de siembra del enfrentamiento civil.

¿Qué se podía esperar de esos sujetos, cuando ya lo han despachado casi todo a través de los micrófonos que les sirve la santa madre iglesia para sus homilías enrabietadas, sino esa culminación profética a la que ellos prestan yesca cada día con su glosa mendaz y vejatoria de quienes representan al Gobierno de la nación, democráticamente elegido por una mayoría de los ciudadanos?

Era de prever que más pronto o más tarde cualquiera de esos tribunos con más rencor que luces en sus disquisiciones y más ojeriza que perspicacia en sus previsiones, apelara al más terrible trauma histórico de este país como gran fantasma mortuorio y resolutivo de las pendencias que sólo ellos aventan con su jerga revisionista y su dialéctica cainita.

Ni ése es un lenguaje para estos tiempos, ni caben tan aciagos pronósticos para una nación que está y debe estar en otras cosas, apostando sobre todo por un porvenir en convivencia y progreso y ajena por lo tanto a los augurios que, en lugar de avistar ese futuro, no aciertan a presagiar otra perspectiva que la del pasado más descartable de nuestra historia.

Es necesario por eso, en atención a la civilidad y tolerancia de la sociedad española, y por centrarnos en la más inmediata actualidad, que el poder judicial no se deje llevar por otro fiel que no sea el de la independencia al que se debe, que los medios de comunicación diriman profesional y no partidistamente su influencia y que sean los políticos los que hagan política y no mero seguidismo de los editoriales, voceríos radiados y amarillentas portadas con las que algunos medios pugnan por sobresalir en el mercado.

Hagamos, en una palabra, más sensatos la justicia, el periodismo y la política porque este pueblo nuestro no está enfermo, ni la democracia quiere estarlo, por culpa del comportamiento sectario de algunos jueces, algunos periodistas y no pocos políticos con la salud cívica ciertamente corrompida.

RedDiario

Artículo
¡BASTA, POR FAVOR!
Está bien, a mí me han derrotado. Reconozco que fue ETA quien planeó los atentados del 14-M. Que el ácido bórico era para armar bombas y por eso lo tenían los terroristas islámicos y etarras. Que escondieron una mochila clave y documentos. Que Rubalcaba debe confesar sus falsificaciones. Que Garzón torturó a los policías científicos que descubrieron que el ácido bórico unía a unos y otros. Que hay que destituirlo y que tienen que volver Cardenal y Fungairiño. Que ese tal Alcaraz tiene razón y hay que darle un Ministerio. Que Acebes, Zaplana, Rajoy y Esperanza son los próceres que nos pueden salvar del desmembramiento del país. Que la población inmigrante subsahariana nos va a quitar los puestos de trabajo y van a ser más que nosotros. No importa que los indicadores económicos marchen cada vez mejor, que haya más trabajos fijos, que la Bolsa rompa todos los récords, que los restaurantes estén atiborrados de gente y que el consumo interno sea cada vez mayor. No importa, no soporto más la tortura diaria de los jueces peperos, de la pejotez, la copefobia, y losantofobia.
Tienen razón, no importa que no haya más chollos amedo-domínguez ni tamayo-sáenz. No importa la cantidad de alcaldes peperos metidos en líos con la justicia. Yo me entrego. No puedo vivir con esta histeria. Zapatero y su gente son okupas y el poder debe estar con sus dueños: la derecha, extrema o semi-extrema. Este cortijo es de ellos y ya está. A mí me ganaron. Apacigüemos el terrible estrés que han creado en toda España devolviéndole sus dominios, así calmamos a la FAES, a la justicia conservadora (quitándole el nombre de justicia, claro), y a esos factores mediáticos investigadores de la verdad que se le entreguen Canales de Televisión, radios y demás medios de comunicación para que nos expliquen bien todo y vayamos a la cama con la lección aprendida. Que a Zaplana se le borre cualquier relación con los dineros evaporados de Terra Mítica y a Acebes sus obligaciones de ministro cuando sucedió lo del cruel atentado. Y que a Zapatero se le quite la ciudadanía española por romper España en pedacitos. ¿Qué más? Pidan, pidan. Yo les daría todo para que me dejen de una puñetera vez en paz y pueda caminar por la calle sin sentir ese odio que han estado injertando en el corazón de las personas y que nos retrotrae a funestos momentos. Ahhhh…
José María Otero, carta al diario El País.es.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bien por Otero...¡¡¡¡BASTA!!!!!

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