miércoles, 6 de septiembre de 2006

¿Cuántos telediarios le quedan a Rajoy?

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Lazarillo

El curso político se ha iniciado con parecido panorama al anterior. El asueto estival sólo ha servido a los voceros mediáticos instigadores de la inquina para reafirmar sus fobias. Ahí tienen ustedes al talludito Anson haciendo carrera en el diario de don Pedro el de la Jota como si en ello le fueran sus últimas energías confabuladoras. Ayer afiló su pluma a costa de las bodas entre homosexuales con metafórico denuedo homofóbico, síntoma quizá del desespero que le consume por sus reiterados proyectos periodísticos fallidos. Sólo desde una frustración interior muy mal asumida se pueden esparcir gracietas tan rebajadas de dignidad. ¿No le convendría a don Luis María la apacible solaz jubilar y dejarse ya de ambiciosas pugnas que sólo asediarán su provecto corazón de achacosas acechanzas? Váyase, don Luis, deje ya de embeberse la bilis que destila su magín y filtra su meritoria palabra.

Otro tanto cabría decir de otros tantos que propalan discursos cada vez más demenciales desde donde todos sabemos y pretenden encauzar en esa línea a una oposición política definitivamente extraviada, amorfa, sin ideas, vencida y desarmada por un Gobierno que sin brillar con luz propia, respira al menos al son de buena parte del electorado que lo puso donde está. Ya son cinco los puntos que separan al Partido Socialista del PP en la intención de voto y la cosa puede que no acabe ahí.

Para comprobar el derrotero que le aguarda al Partido Popular, nada mejor que las próximas elecciones en Cataluña, país donde de seguro tiene cita con el fracaso la aznariega oposición, renuente y ausente del nuevo Estatut. Si tal diagnóstico se cumpliera, es muy probable que el liderazgo de don Mariano Rajoy, hoy bastante resquebrajado, acabara por venirse abajo como las hojas otoñales.

No sería este otoño un buen momento para mutaciones en la cabeza del PP, porque quizá a la airada oposición le convenga consumirse en su errada estrategia política y llegar con ella a las elecciones municipales y autonómicas del año que viene, antes que forzar un cambio precipitado para el que no parece haya de momento candidatos dignos de confianza definida y definitoria.

De todos modos, los efectos negativos de los resultados del Partido Popular en Cataluña puede que inciten a los voceros mediáticos aludidos a propulsar la caída de don Mariano -tan cuestionado desde hace meses en esos medios- y propiciar un liderazgo ultraconservador para el que no faltan candidatos. La cuestión a debatir en ese caso sería el porvenir que les aguarda a quienes en el PP no olvidan la importancia de una corriente de centro-derecha en la expectativas de futuro de una España moderna y no lastrada de resentimiento y otras peligrosas nostalgias.

RedDiario

Noticia (06-IX-06): RAJOY PIERDE DENTRO Y FUERA DEL PP
Según el CIS de octubre de 2003, la confianza de los españoles en Rajoy era del 35,5%, pero en el último barómetro de julio obtuvo sólo un 21%.
El Plural.

Artículo (07-IX-06): RESCATAR O NO EL CENTRO
Las preferencias se dividen entre quienes preconizan un sustituto o sustituta con más agresividad o, por el contrario, una persona que pudiera rescatar al electorado del centro y restableciera unas relaciones normales con los nacionalistas, como las hubo en el cuatrienio 1996-2000.
León Buil, Diario Crítico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo van a tener que mantener para que el PP no se rompa.

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