jueves, 15 de junio de 2006

Einstein todavía rinde apoyo a la causa trabajadora

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Félix Población

Como sabe nuestra señora ministra de Educación y Ciencia, doña Mercedes Cabrera, cuyo abuelo fue un eminente científico republicano, Albert Einstein no sólo fue un genial investigador sino un rebelde crítico con el poder, muy comprometido con la II República Española -a la que estuvo a punto de apoyar con su trabajo y residencia en nuestro país-, el desarme, los derechos civiles y la justicia social.

Einstein abandonó Alemania perseguido por los nazis, que pusieron precio a su provechosa e inestimable vida, y como un auténtico militante antifascista no se resignó a la pasividad en su país de adopción, Estados Unidos, sino que se opuso a oscuros periodos como el macartismo y dejó una serie de publicaciones, entre ensayos y artículos, que hacían referencia a interpretaciones de contenido manifiestamente político. Mi vida está dividida entre las ecuaciones y la política, dijo en cierta ocasión.

Un escritor y periodista norteamericano, Fred Jerome, publicó hace años un libro titulado El expediente Einstein (Planeta, 2002) en el que se analiza la campaña secreta promovida por el FBI para desprestigiar el buen nombre del célebre científico. En la obra se asegura que pesaban sobre él acusaciones de pertenecer o haber prestado su nombre a cientos de grupos comunistas. Considerado por la revista Time como el personaje más sobresaliente del siglo pasado, a Einstein se le quiso privar de su ciudadanía norteamericana e incluso se pretendió su deportación.

Pues bien, como si la obra del genial investigador no dejara de dar tributo a las causas a las que sirvió tan activamente en vida, los 42000 dólares en que han sido valorados en una reciente subasta el centenar de artículos científicos escritos por el científico entre 1901 y 1928, han sido donados al Partido de las Familias Trabajadora, una agrupación de izquierda estadounidense de carácter pacifista, muy implicada en labores de tipo social y en los programas de salud de la clase operaria.

Einstein entregó esos artículos a su hijo Hans Albert, para pasar después a un amigo de la familia que, con muy buen criterio, decidió donar el producto económico de la subasta al Partido de las Familias Trabajadoras. Así, más de cincuenta años después de su muerte, la obra del autor de la Teoría Relatividad sigue dando su fruto en correspondencia con la rebeldía crítica y el compomiso político por los que fue reconocido y perseguido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero se fue a vivir a Estados Unidos, no a otra nación cualquiera.

Anónimo dijo...

La huída de Einstein de Alemania es el mayor ejemplo en la historia de que el fascismo se identifica con el grito ¡Muera la inteligencia!.

Anónimo dijo...

y lo que no habeis recordado aqui es que también era un convencido defensor del estado de Israel

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