lunes, 19 de junio de 2006

Cataluña vota sí con mucha ausencia

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Lazarillo

Me consta que no pocos catalanes se las vieron y desearon ayer antes de decidir su voto. Aunque es posible que su indecisión acabara incrementando el alto abstencionismo registrado en el referéndum para la aprobación del nuevo Estatut de Autonomía, está claro que no sólo por eso media Cataluña dio la espalda a las urnas.

La consulta contaba esta vez con los mejores alicientes para que la ciudadanía se desentendiera del compromiso activo del voto. Dejando a un lado la excelente jornada estival y el ocio de playa y campo propio de un día festivo, es evidente que ayudó a la abstención el hecho de saber por adelantado el resultado de la consulta.

Dado que el sí contaba con el apoyo de los dos partidos mayoritarios, sólo faltaba saber si el porcentaje del respaldo era todo lo sólido que cabía esperar. Conseguido casi un 75 por ciento, es razonable que el cómputo satisfaga a quienes postularon el voto afirmativo.

Otro factor a considerar en el abstencionismo es el dimanado de una crisis en el gobierno de la Generalidad que no sentó nada bien al común de la ciudadanía. En el tripartito, antes que la buena gestión de Cataluña, primaron intereses filonacionalistas, en unos por creerse con esa atribución programática (ERC) y en otros, con Maragall a la cabeza, por mimar en exceso las ínfulas de sus socios independentistas.

La figura del propio presidente de la Generalidad también merece ser considerada como un incentivo para la abstención. Muchos catalanes no están satisfechos con la gobernación de don Pascual y, ante la convocatoria ya anunciada de unas elecciones autonómicas para otoño, han creído preciso hacerle ver al PSC que el señor Maragall sobra como candidato.

Si a lo dicho se añade la dubitativa postura de ERC, entre la abstención inicial y el voto negativo después por prescripción asamblearia, no debería sorprendernos la ausencia de voz ayer de media Cataluña, tan magnificada como malinterpretada por don Mariano Rajoy.

En todo caso, lo más claro de todo estuvo en la derrota del no, incapaz de aglutinar el 28 por ciento de los dos partidos que lo postulaban desde posturas muy distintas. Del 20 por ciento logrado entre Esquerra Republicana y el Partido Popular, es muy posible que al PP le corresponda un índice casi marginal para contar políticamente en el porvenir.

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AR: Desligitimar como hace el señor Rajoy la victoria del sí en razón a la abstención no tiene ningun sentido. Debe recordar el ex vicepresidente de la Xunta de Galicia que el referéndum de 1980 en aquella Comunidad se saldó con una participación del 28 por ciento.

NR: La abstención hace que Maragall anuncie que renuncia a la reelección.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El dato que aporta Sopena sobre el referéndum en Galicia lo olvidan todos los medios proPP. Así de olvidadiza y falta de criterio es la prensa de derechas.

Anónimo dijo...

El PP trata de adueñarse de la oposición en un empeño tan baldío como contraproducente. Da una vez más la nota de la falta de perspicacia política que le aqueja desde que perdió el poder. Un saludo.

Anónimo dijo...

La política pierde en el referéndum catalán.

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