miércoles, 7 de junio de 2006

AVT, los obispos y Terra Lliure a lo kale barroka

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Félix Población

La Asociación de Víctimas del Terrorismo del Partido Popular tiene convocada para el sábado que viene una nueva manifestación contra el Gobierno. La consigna esgrimida es la negativa a negociar con ETA. Ésa es la palabra que figura en la pancarta capital: Queremos saber la verdad, negociación en mi nombre no.

Tal como se preveía, la convocatoria llega en el momento clave en que el PP niega su total apoyo al Ejecutivo para que el proceso de diálogo contra la violencia en el País Vasco pueda avanzar. Es como si la derecha, para sobrevivir, tuviera la errabunda necesidad de poner las máximas dificultades para que el terrorismo desparezca. En estas circunstancias, los servicios de prensa y propaganda que espolean el espíritu ultramontano de la oposición vuelcan toda su artillería editorial en la cita del próximo sábado.

Ahí están don Federico y don Mariano Rajoy, engolfados en la disputa a micrófono abierto de dilucidar cuál de los dos aporta más guarismos en las muchedumbres, con o sin presencia de los respetables monseñores. Tengo entendido, por cierto, que en las ya inmediatas vísperas de san Juan algo se va a esclarecer en la COPE respecto al porvenir de su Estrella de La Mañana, aunque el señor Coronel de Palma, el nuevo timonel de la cadena radiofónica episcopal, asegura pocos cambios.

La del sábado pretende ser una manifestación colofón y a por todas, de la que se tenga constancia en los anales de las multitudes. Su valor histórico dependerá de los resultados que den las conversaciones con ETA y sus afines. Entre tanto, todo sirve de acicate para encrespar a las masas. Como por ejemplo esas agresiones sufridas en Gerona por integrantes del partido Ciutadans de Catalunya. También allí subsiste una kale barroka o fascismo nacionalista versión Terra Lliure, aunque esa libertad sea sólo la suya y atente contra la de los demás.

Con ETA vivía también la amenaza de su única libertad en Euskadi. Esa organización pretendía hacer de un país su feudo a costa de la amenaza, el chantaje y la muerte. Si el diálogo termina con eso, habremos ganado todos y esos alevines de fascistas agresores, sea cual sea su índole, tendrán muy poco futuro. Por eso no se debe desaprovechar la mayor oportunidad que se ha tenido hasta ahora de acabar hablando con quienes pretendían acabar a tiros con el derecho, la libertad y la palabra de los demás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los extremeños se tocan.

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