lunes, 29 de mayo de 2006

Niños de Irak, daños colaterales

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Melibea del Huerto

La de la imagen no es Iman Hassan, la niña iraquí de diez años a la que prestó escucha The Times hace unos días para denunciar la matanza de toda su familia en la ciudad de Haditha: padres, abuelos, tíos, un primo de cuatro años... A veces los medios de información occidentales tienen esas humanas deferencias, y ya son muchas veces: dar voz a la tragedia que viven las más inocentes víctimas de una guerra basada en la mentira y la codicia. Como a Iman, a la niña de la foto también le mataron a sus padres los soldados estadounidenses. En ausencia del abrazo de los suyos, cuyos cuerpos vela desde el gélido tajo de una orfandad sobrevenida con la repentina consternación de una pavorosa pesadilla, la niña se abraza a sí misma en un intento inútil por acallar el temblor de su cuerpo y el agolpado frío de intemperie afectiva que desborda de congoja su tierno corazón. Todos los hombres de buena voluntad daríamos algo de nuestra vida por enjugar ese llanto, pero eso sólo está al alcance de quienes se sienten tocados en su conciencia por la injusticia de los poderosos, capaces de llamar daños colaterales a esto y de corearlo como información de uso sometida al mercantilismo mediático.

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NR: Entrevista a Ryszard Kapucinsky en El Mundo: Estados Unidos ha acabado con el periodismo de guerra.

+AR: Artículo de Dahr Jamail: Los niños iraquíes: material fácilmente desechable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todas las guerras se hacen sobre estos calvarios y pese a todo aún no hemos perdido la sensibilidad para que estas imágenes nos conmuevan.

Anónimo dijo...

Déjese de politiquerías estrechas y hable de esta cosas, Melibea, así podremos sentirnos un poco más vivos.

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