La rabia de los mordiscos de la COPE

Félix Población

Quienes ustedes saben y su nombre y enrabietado oficio es sobradamente divulgado cada vez que la monta desde la COPE episcopal, acaba de ser correspondido por sus más fieles adeptos en la filas del Partido Popular. Instó a morder don Federico a micrófono tonante y el señor Martínez Pujalte no tuvo empacho en hacerlo en el Parlamento de España, tratando de boicotear a gritos el civilizado desarrollo de la sesión.

No hubo forma de aplacar las increpaciones de don Vicente, empeñado en su vociferante demanda en pro de la dimisión del ex ministro del Interior, señor Alonso, responsable de esa cartera cuando dos militantes del PP fueron detenidos después de la algarada contra el ministro don José Bono en la manifestación de la AVT. Tras las oportunas advertencias, el presidente del Congreso hubo de expulsar al señor Pujalte del hemiciclo, bochornosa circunstancia por la que éste pasará a la historia patria, pues es la primera vez que ocurre en nuestro vigente periodo democrático.

De boicoteo había hablado don Federico del Tremedal hace un par de días y también de encadenamientos, así que casi cincuenta diputados autonómicos de Madrid del Partido Popular tuvieron a gala amagar un esposamiento y mostrar públicamente -siempre en clave de grito, por supuesto- su disconformidad con las detenciones aludidas, previa interrupción de la sesión parlamentaria correspondiente.

Parece clara, pues, la fidelidad al credo del mordisco que la COPE reparte entre quienes desde la derecha representan a una ciudadanía sin duda inmerecedora de ser manipulada hasta ese extremo. Esta España de hoy no está para esas rancias exhibiciones esperpénticas que acumulan en su montaje improcedentes y desmesurados posos de bilis como para estar acogidas al patronazgo de la católica iglesia, o al menos al de una buena parte de los respetables monseñores que comulgan con esa línea editorial.

Hoy hemos sabido que el juez don Miguel Hidalgo, responsable de la condena a los policías que detuvieron a los dos militantes del PP, perteneció a la Brigada Político-Social del último franquismo. Cabe preguntarse, ya que tanto insisten los populares en no reabrir las heridas del pasado, si no deberían empezar ellos mismos por hacerlo entre quienes les son más afines y no pierden oportunidad para hurgar en sus llagas.