miércoles, 31 de mayo de 2006

La pesca del inmigrante se ceba en esos ojos

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Melibea

Detrás de esos ojos hay un inhóspito paisaje de extenuación y vértigo. Si quien así mira es senegalés, uno de esos 700 senegaleses que serán repatriados estos días a su país después de jugarse la vida en un cayuco, puede haber llegado a nuestras costas transportado por un pescador. Allá en los mares de su tierra, aunque sus compatriotas sepan pescar y ése haya sido siempre el principio clave para superar la caridad de la dádiva, el problema no es de oficio sino de cosecha. Dice el International Herald Tribune que los sofisticados pesqueros japoneses y europeos han esquilmado los caladeros de aquellas aguas. En palabras del joven Mustafá Elhadj, que trabaja pintando cayucos en las playas que miran al sueño, los japoneses se llevaron todos los peces grandes. Por eso los pescadores han descubierto que el tráfico de personas es una ocupación más lucrativa. No hacen más que aplicar lo que sufren: el pez gordo se come al chico. Un cayuco les sirve ahora de anzuelo para pescar inmigrantes y éstos pican con los ojos puestos en una quimera de pan y trabajo. Esos ojos.

(Para Marcella, de madre senegalesa, que vive a García Lorca en el corazón de Italia).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Los abusos y las injusticias siempre tienen consecuencias. Ojalá éstas se solucionen sin más abusos y más injusticias.

Anónimo dijo...

Ojalá.

Anónimo dijo...

Las fronteras establecidas por la desigualdad entre poderosos y mendigos siempre son vulnerables por ley de vida.

Anónimo dijo...

Las fronteras establecidas por la desigualdad entre poderosos y desfavorecidos siempre son vulnerables por ley de historia y vida.

Anónimo dijo...

Ironía. Crueldad.

Los colonizadores; los países que han robado; los que han saqueado; los que siguen dejando miseria y destrucción, rechazan lo que ellos mismos crearon..., y siguen creando.

Los inmigrantes (gobiernos y transnacionales, ¡¡entiéndalo!!)¡¡son vuestros hijos!! Y, si no quieren asumir la responsabilidad que les corresponde, algún día van a tener que hacerlo. ¿Será tarde? Seguramente sí. Será tarde. Los pueblos matarán sus miserias, comenzando -precisamente-, con quienes la crearon.

La justicia tarda (muchas veces), pero llega. Llegará.

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