viernes, 21 de abril de 2006

El balance del cardenal primado y sus curas de Euskadi

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Lazarillo

Miren, que dijera lo que ayer dijo el cardenal arzobispo de Toledo respecto a los dos años de gobierno socialista, es algo que no debería ser noticia. Lo viene repitiendo la iglesia católica de España hasta la afonía, dicho sea en honor a los respetables obispos que por primera vez en la historia de este país se echaron a las calles para gritar a pancarta alzada.

Para don Antonio Cañizares, el señor Rodríguez Zapatero viene a ser una especie de Atila laicista que pretende reducir la práctica de la fe religiosa al espacio de lo privado, sin reconocer que la católica iglesia cuenta en la radio pública, Radio Nacional de España, Radio 1, con la puntual retransmisión de la misa dominical, por ejemplo. O que a los espectadores de TVE se les obsequió este año con reiterados desfiles procesionales de la Semana Santa a modo de espiritual ejercicio de retina.

Naturalmente, también se ha referido su eminencia a las aviesas intenciones de los actuales gobernantes contra la institución matrimonial, la familia, el derecho a la vida y la libertad de educación, materia ésta en la que la institución vaticana dio tan esclarecido ejemplo cuando España era una dictadura por la gracia de Dios, según rezaban las monedas del extinto Jefe de Estado Francisco, cuya protección se invocaba en los cultos.

El cardenal primado hace bien en insistir en estas reconvenciones porque a lo peor el gobierno se deja impresionar, como de hecho tiende a ocurrir ante las admoniciones de la curia, y sigue aflojando las rentas de todos en la financiación del clero.

Lo que no tiene excusa por parte de don Antonio Cañizares es que, con tal de insistir en sus reprensiones al ejecutivo, aproveche la oportunidad para criticar la posible mediación del sacerdote irlandés Alec Reid en el conflicto vasco. Este cura, que tan decisivo fue en el Ulster para acabar con la violencia, no representa en palabras del cardenal ni a la Conferencia Episcopal Española, ni a la irlandesa, ni a la Sente Sede. Su posible intervención, según don Antonio, es una causa particular suya.

Habría que preguntarle a su eminencia por la actitud comprensiva hacia el entorno abertzale de monseñor Setién o monseñor Uriarte, cuando no por la de aquellos clérigos vascos que han llegado a proteger a la delincuencia etarra o a negar funerales a las victimas de los terroristas. ¿También ésos son casos particulares ajenos a las entidades eclesiásticas de poder y decisión?

+NR: El semanario de Rouco Alfa y Omega tilda al cura Raid de sectario y partidista, cuyos hechos avergüenzan.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La Iglesia siempre ha encontrado derecho, divino si no humano, para arrogarse la razón, si no humana, divina.

Anónimo dijo...

Bien por Folía. Suena a música.

Anónimo dijo...

La iglesia está cambiando. Martini aprueba el condón, aunque sea con reservas. Tengamos fe.

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