miércoles, 22 de marzo de 2006

El final de ETA empezó el 11-M

Félix Población

El anuncio del alto el fuego permanente de ETA se produce una vez aprobado el Estatut de Cataluña y diez meses después de que el Parlamento de España dejara vía libre al Presidente del Gobierno para una solución dialogada del grave y largo conflicto previo cese de la actividad armada.

Se trata sin duda de la noticia más importante que se ha dado en nuestro país a lo largo del vigente régimen democrático. Como tal debe ser valorada sin que concurran en su estimación ni vacuos triunfalismos ni excesos de confianza. Estamos, en efecto, ante el principio del fin de una banda criminal que ha dejado casi un millar de muertos en la memoria de este país.

Acabar con ETA por la vía del diálogo no debe presuponer la concesión de aquellas vindicaciones en que esa organización basó su lucha asesina. Todo cuanto se hable en la mesa de conversaciones no puede comportar más proyección que la obligada en un Estado democrático de derecho. Las ideas se defienden con la palabra y el voto, no con las pistolas, y si éstas han tenido hasta ahora el peso del miedo, la coacción y la muerte en el País Vasco, nada de cuanto se ha sustentado con ellas debe tener validez a partir de ahora.

Si ETA pretende incorporarse a la lid política a través de las urnas y por medio de Batasuna, deberá partir de su capacidad de convencimiento estricta y especifícamente ideológica, no basándose en la buena voluntad de su anunciada tregua permanente. Basta ya del influjo de sus armas sangrientas, aunque sea -como es el caso- por acallamiento.

Este previsible final de ETA es, en cierto modo, la victoria póstuma de los casi dos centenares de muertos de la masacre islamista del 11-M. Convendría resaltarlo en esta hora sin duda grata para todos. Aquella tragedia permite vislumbrar ahora este asomo de paz porque sus efectos fueron devastadores en contra de todo terrorismo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy claro y muy breve. Todo.

Lazarillo dijo...

El principio del fin de ETA lo supuso el efecto en la opinion publica de los atentados del 11-M. Sin ese efecto tan negatico en contra de cualquier arma de terror, es probable que ETA hubiera declarado este alto el fuego. Debe tener encuenta igulamente la gran labor antiterrorista llevada a cabos por este y los anteriores gobiernos.

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