¿Asciende don Francisco Vázquez o se escapa?

Félix Población

El nombramiento de don Francisco Vázquez, alcalde de La Coruña durante 23 años, como embajador del gobierno español ante la Santa Sede no ha dejado de sorprender a propios y extraños. Al menos en lo que respecta a las nacionalidades y regiones que no son la propia del veterano político socialista. En Galicia hay quien piensa que más que un ascenso en su carrera, lo del señor Vázquez es una escapatoria.

Quienes no teníamos noticia de esa suposición y carecíamos de la información que la motiva, dimos en principio por bueno el argumento de que siendo el señor Vázquez uno de esos socialistas que comulgan antes con su fe religiosa que con su militancia, además de importarle mucho el concepto de españolidad ante las ínfulas nacionalistas de la periferia, su elección era la idónea para echar vaselina a las delicadas relaciones entre el actual gobierno y El Vaticano.

Personalmente esa estimación me parece acertada, pero no puedo evitar una creciente suspicacia de no menor calado cuando a través del diario La Opinión, de La Coruña, he podido rastrear una serie de imputaciones que se le achacan a don Francisco tras tantos años al frente de aquel poblado y próspero municipio.

Al señor Vázquez se le considera incurso, según el citado periódico, en polémicas operaciones inmobiliarias, a las que hay que sumar sus vinculaciones societarias y económicas con el presidente de la patronal gallega. Por eso, y porque no parece sonar muy bien la precipitación y sorpresa que comporta su alejamiento hacia una sede diplomática, conviene leer el editorial que hoy publica La Opinión bajo un epígrafe que, a diferencia del de este comentario, excluye las interrogaciones.

Por ser tan decisivo para la gobernación de España el titular diplomático de la embajada española ante la Santa Sede, parece extraño -al margen de los méritos que puedan concurrir en el señor Vázquez- que el cambio se ha haya verificado tan de sopetón y sin rumorología previa, como si con ello se pretendiera solventar más una escapatoria que un ascenso en el curriculum del ex alcalde coruñés.