martes, 8 de noviembre de 2005

Obispos de pancarta y octavilla

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Lazarillo

Vuelven los obispos a llamar a sus fieles para que se manifiesten en las calles de Madrid detrás de las pancartas. En la reciente historia de España no se guarda recuerdo de una militancia pastoral tan activista por parte de los hogaño adalides de la libertad de enseñanza. Por tal entienden, cómo no, que la religión católica no sea una opción a elegir en los centros de enseñanza sino materia contable y evaluable.

Puesto que la convocatoria es para el próximo día 12, este pasado domingo trinaron los púlpitos en contra de la Ley Orgánica de Educación. También las patronales educativas vinculadas con los religiosos de la enseñanza y los centros católicos se movilizan a destajo en estas jornadas previas. Son tantas las posibilidades de propaganda de la católica iglesia, gracias a su asentado y respetado poder de influencia, que sus montajes de protesta logran siempre cotas masivas de muchedumbre.

Ante semejantes alardes de mercadotecnia, entre los que cabe señalar la utilización del niño como repartidor de las octavillas gestadas en los colegios para ser entregadas a las familias, este Lazarillo ni se atreve a imaginar la que se montaría entre los celosos guardianes de la fe vaticana si, pongamos por caso, desde la enseñanza pública se fomentara la educación laica.

No hace mucho me contó una amiga, cuya hija no asistía a clases de religión en un centro concertado, que hubo de irse de ese colegio, previa bronca por acoso proselitista, porque en la clase sustitutoria la señora profesora, a falta de un programa más digno que ofrecer, sugirió a sus alumnos de siete u ocho años -en vísperas electorales- que había que votar al PP porque era el partido que daba dinero a su cole y hacía carreteras.

Hace unas horas esa misma madre acaba de anunciarme que de ese mismo centro saldrá el sábado uno de los 15 autocares que se fletarán desde la ciudad castellana donde reside para defender, con los monseñores a la cabeza, la libertad de enseñanza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La capacidad de organización mitinesca de la iglesia es proverbial. Llevan toda su vida a la sombra del poder y basta un mínimo distanciamiento de su sombra para que la armen.

Anónimo dijo...

Los púlpitos fueron con Francos un arma en defensa del régimen. Ahora son un arma de ataque al régimen.

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