miércoles, 9 de noviembre de 2005
La palabra vital del obispo Castellanos
Félix Población
Cada vez que don Nicolás Castellanos, buen leonés y ex obispo de Palencia, visita España procedente de su ámbito evangélico en Bolivia, procuro estar atento a sus noticias a través de las entrevistas que concede a los medios de comunicación. La de ayer la difundió Radio Nacional de España en su programación regional castellano-leonesa.
En sintonía con su activo e incansable proceder a favor de los desheredados, la palabra de don Nicolás, cumplidos ya los setenta, tiene la cálida y dinámica vitalidad de quienes se entregan sin reservas a una vocación social cargada de proyectos y de frutos.
Tuvo Castellanos esta vez las mismas opiniones críticas hacia rancia oligarquía boliviana. Contabilizó, según datos oficiales, que la corrupción en ese país alcanzó los siete mil millones de dólares en el periodo 1990-97, mientras un millón de niños carecen de escuela y el analfabetismo, sumados los analfabetos absolutos a los funcionales, ronda el 56 por ciento de la población. La incultura siempre es más manipulable para que la corrupción sea menos corregible.
Volcado en su proyecto Hombres Nuevos, que rescata para la formación educativa y el trabajo a los jóvenes que más lo necesitan, proyecta ahora entre los indígenas de las zonas más deprimidas nueva iniciativas que las recuperen para el turismo, la pesca y la madera, con el agravante de que entre el 60 y el 80 por ciento de esa comunidad padece malaria.
Como siempre, don Nicolás mantiene su comunión dialéctica con la iglesia y considera que allí donde está no hay otra teología posible que la de la liberación, que es la del Dios de la vida que opta por los pobres. A la hora de evaluar la ayuda recibida a lo largo de estos años para su entusiasta y provechosa misión social, don Nicolás es sumamente explícito: Ha encontrado más apoyo en la sociedad civil que en la institución a la que pertenece. Es comprensible porque El Varticano, entre otros menesteres de su competencia, sigue muy ocupado con el sexo.
Nota: La fotografía que ilustra este comentario corresponde a la primera representación escénica de la Escuela Nacional de Teatro proyectada por don Nicolás en la Ciudad de la Alegría.
3 comentarios:
Además de sentido evangéico, monseñor Castellanos muestra con su Escuela de Teatro gran sentido educacional, pues nada como el teatro para una formación integral artística y social de los niños. Enhorabuena, don Nicolás.
El señor Castellanos hace una gran labor allá en Bolivia, no lo dudo, pero en Palencia, ciudad a la que siempre regresa para hacer bolsa (con buenos sentimientos, no lo dudo), no es que haya dejado un imborrable recuerdo por su carácter altruista.
Dice el ministro Bono que lo admira por haber abandonado la mitra y el palacio episcopal. Mentira. Nunca ha renunciado al título -y el sueldo- de obispo; y al palacio, imposible porque nunca vivió en él, que hacía demasiado frío. Una persona humilde no viaja expresamente desde el otro lado del mundo para recibir las alabanzas y loas de un puente y una calle en su nombre. Reduca en Bolivia, pero cerró colegios en Palencia porque el edificio que ocupaban, de titularidad episcopal, le salían más rentables para otros usos... En fin, un gran tipo... según para qué, que la caridad comienza en la propia casa de uno.
Comentarios anónimos como el precedente es lo que le sobran a este país nuestro. Sobran tanto que por eso se nos va la gente valiosa a otros lugares donde la maledicencia no sea, como aquí, un vicio nacional.
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