miércoles, 12 de octubre de 2005

Piqué pica bajo

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Lazarillo

Algunos, entre los que confieso haberme contado, teníamos a don Josep Piqué como ejemplo de moderación entre las crispadas huestes del Partido Popular. Incluso fueron de celebrar algunas manifestaciones suyas en torno al excesivo apego de su partido al pasado, en clara alusión a la extremo diestra mano tutelar de don José María. Pues bien, el señor Piqué acaba de ganar boleta para la cerrazón y el animo montaraz que priva entre los sucesores del aznarato a cuenta de sus últimas declaraciones.

No se sabe a qué puede haberse debido esa ventolera. Hay quienes creen que la influencia de los voceras copados por don Federico pudo haber promovido el comentario de don Josep. Téngase en cuenta que desde los micrófonos de la cadena episcopal se abogó por la expulsión del señor Piqué de su partido por sus comentarios críticos. Acaso por eso, y para compensar esas soliviantadas impertinencias, don Josep haya querido fundir su credo con el de los amotinados radiofonistas.

El señor Piqué debería avergonzarse de sus manifestaciones. Si no se puede, bajo ningún concepto democrático apelar a la guerra civil como fantasma del miedo -algo que hasta el abuso ha venido formulando el Partido Popular desde que está en la oposición-, acusar al presidente de la nación de querer reinstalar el ordenamiento político de los vencidos en 1939 sobre el acordado constitucionalmente en 1978 es una gravísima injuria propia de la más sórdida mezquindad ética. Eso no sólo anula a don Josep como político con representación pública sino como persona con responsabilidad moral.

Lo único que se me ocurre argüir a esa deletérea declaración es si él y su partido, con el extremismo crispado e insolidario de su política y la venenosa evacuación de manifestaciones similares, pretenden reacomodarse al ordenamiento golpista e incivil de los vencedores en 1939.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y áun así puede el PP reducir distancias en las encuestas?

Anónimo dijo...

Uno más en una nave a la deriva. ¿O esa deriva está intencionadamente buscada?

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