miércoles, 28 de septiembre de 2005

En el PP no hay homosexuales reconocidos

Félix Población

Aparte de manifestaciones tan desventuradas -por no decir mezquinas- como las de los señores Rajoy y Zaplana, empeñados en aplicar al gobierno de la nación críticas inadmisibles en torno a una supuesta tolerancia con ETA o relaciones peregrinas entre las bombas de los terroristas y el nuevo Estatut de Cataluña, el Partido Popular ha pretendido acallar por inexistente a su Colectivo de Gays y Lesbianas.

Como se sabe, dicho Colectivo se hizo oír después de que el PP anunciara la presentación de un recurso de inconstitucionalidad a la ley de matrimonio entre homosexuales. Entre las declaraciones, tal como recogía ayer el diario 20 Minutos, fueron muy sonadas -aunque no traspasaran casi el ámbito de la blogosfera- las de Carlos Alberto Biendicho, presidente de la supuesta plataforma, en las que aseguraba que don Mariano Rajoy era homosexual y fue obligado a casarse por el señor Aznar y el Opus Dei.

El PP, visto el eco que está teniendo la presumible revuelta gay en el seno de su organización, con advertencia de manifestaciones públicas en el futuro ante las sedes del partido, ha decidido privar de reconocimiento a dicho Colectivo, asegurando que no existe como tal en el organigrama de los populares. Tampoco se expone desde la calle Génova ningún tipo de opinión ni postura oficial acerca de que dicha Plataforma estaría formada por al menos 300 militantes o simpatizantes del PP.

A la vista de lo declarado desde la sede del partido, sin que nadie nominalmente se responsabilizara de estas manifestaciones, tal parece que el Partido Popular, en concordancia con su postura ante una ley que pretende acabar con una discriminación absurda e intolerable, se enrocase en una vergonzante actitud política de la que ninguno de sus máximos directivos quisiera responsabilizarse.

Eso, teniendo en cuenta la posibilidad de respuestas críticas que pueden desgranarse en lo sucesivo hacia un recurso que tiene dividida a la militancia, no va a deparar más que desavenencias entre los populares. Y no son pocas las que ya arrastran y silencian como consecuencia de la presión acumulativa desde un ala derecha cada vez más desnortada y montaraz.

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