jueves, 29 de septiembre de 2005

El fantasma de Al-Zarqawi y dos soldados británicos

Lazarillo

Hace poco más de una semana, responsables de la seguridad iraquí acusaron a dos soldados británicos del intento de colocación de explosivos contra las fuerzas iraquíes en Basora, según información difundida por The Washington Post. La liberación de ambos militares por la fuerza por parte del ejército invasor no hizo más que agravar el carácter de esa acusación. ¿Cabe la posibilidad de que sea la milicia ocupante la encargada de buen número de los atentados indiscriminados y sectarios que se llevan a cabo contra la población civil?

Hay una creencia bastante generalizada en Irak acerca del principal culpable de tanto desastre según las versiones occidentales. Para algunos caracterizados líderes religiosos, como el imán de la mezquita Al-Khadimiya de Bagdad, Abu Musab al-Zarqawi falleció al inicio de la guerra en el norte de Kurdistán. Jamás desde entonces ha logrado ser identificado, pero su protagonismo terrorista es indispensable para el Pentágono a fin de justificar una larga presencia militar, tal como sostiene Jawad al-Jalisi.

Un representante de la Asamblea Nacional Iraquí, Fatah al-Sheikh, no cree que esa serie de cruentos ataques masivos que tienen como escenario las calles de las ciudades del país se deban al misterioso líder jordano. Existe una campaña intensiva para que los agentes extranjeros de ocupación –explica- actúen e instauren el odio entre los hijos del pueblo iraquí. Los ocupantes están intentando iniciar un enfrentamiento religioso, y si no ocurre, tratarán de provocar una sedición interna chií. Para una mayoría de iraquíes, las directrices de Estados Unidos, desde la formación del nuevo gobierno con mayoría chií y kurda a la elaboración de una Constitución que permite fragmentar la nación, se orientan a una división sectaria que conduzca a una guerra civil.

El incidente que acabó con la violenta liberación de los dos soldados británicos hace suponer que por parte de las autoridades militares del ejército ocupante existía suma prevención o reserva en reclamar su libertad a través de los canales normales. Para el corresponsal en Irak de la televisión siria, Nidal al-Munajjid, el hecho aclara la falta de constancia que se tenía acerca de determinadas acciones armadas por parte de la resistencia, así como la sospecha sobre las tropas anglo-norteamericanas de estar implicadas en algunas acciones contra civiles y lugares de oración.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De la situación en Irak sólo nos llegan noticias de muerte. Y cuando se produce una noticia como la de los dos soldados británicos, sólo a través de los medios alternativos podemos informarnos de una corriente de opinión como la que se maneja en este artículo. Hay una insurgencia cierta en Irak, pero es dudoso que las intenciones de la misma vayan contra la población iraquí de modo indiscriminado. Una guerra civil en Irak sólo puede beneficiar a quienes creen necesario allí su presencia militar con objetivos claramente neocoloniales.

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