Celestina Tenerías
Es tal la influencia de la católica iglesia, aún estando en minoría, que el puntero admonitorio enarbolado por su poderoso brazo revoca y enmienda todo aquello que desafía sus dogmas en el universo mundo. De su celo rectificador no han podido librarse ni las autoridades taiwanesas, que han tenido que retirar un anuncio publicitario en el que una muy discreta monja exhibía en sus castas manos un preservativo con esta cauta leyenda: Aunque no necesito uno, lo conozco. La campaña, como cabe suponer, estaba destinada a preservar a la población del sida, algo que mediante el socorrido chubasqueiro do pito no cuenta con el pláceme del Vaticano. Como sólo 300.000 de los 23 millones de taiwaneses son católicos, según hace constar el despacho de Reuters fechado en Taipei, cabe presumir que a los ciudadanos responsables no les hace mucha falta esa propaganda, con o sin reverenda.
3 comentarios:
Que los católicos usan el condón lo saben hasta los niños, aquí y en Taiwán. La monja sólo lo certificaba.
Monjas así queremos. Y que lo necesiten.
En ésta y otras cuestiones tan trascendentales la iglesia de Roma va a purgar su falta de compromiso con la realidad presente.
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