miércoles, 6 de julio de 2005

Un best-seller llamado Sadam Husein

Félix Población

Aquí en esta España nuestra, cuando no lo era, teníamos sobrada experiencia de esos casos. Por desgracia, entonces no existía Internet, sólo algunas osadas y discretas trastiendas libreras, sugestivo arsenal de lo proscrito. Por eso, cuando he leído el titular de la noticia, lo primero que me ha saltado a la vista fue su yerro adversativo: Una novela de Sadam Husein es un best-seller en Jordania pese a estar prohibida. Nada puede ser más atractivo que esa formal contravención, sobre todo cuando, a modo de golosa y mollar añadidura, se da sobre el autor la notable circunstancia de encarnar el mal a los ojos del imperio americano.

Nunca lo vio tan gordo el tiranuelo iraquí. Si durante su largo y férreo mandato su país hubo de soportar, a más de sus frecuentes y rigurosas arbitrariedades dictatoriales, sus tediosos pruritos literarios a golpe de decreto, ahora, por gracia de unos verdugos chulescos que lo vejaron y humillaron con pública contumacia, Sadam Husein acaba de convertirse en celebrado escritor de masiva difusión entre los muchos musulmanes suníes residentes en Jordania, así como entre la gran colonia de sus compatriotas exiliados.

Como es de lógica inferir, el asunto de la exitosa novela, que no llega a las doscientas páginas, no puede ser otro que la lucha del pueblo iraquí contra un poderoso invasor. Bajo el mercantil epígrafe cargado de vindicativo nacionalismo de ¡Vete de aquí, maldito!, la obra se está divulgando con una portentosa y creciente receptividad a través de copias clandestinas e Internet.

Al parecer, el libro fue escrito antes de la invasión anglo-norteamericana de Irak, convencido sin duda el megalómano firmante de que su trabajo podría tener la repercusión que el presente confirma. Quizá lo ocurrido en la nación jordana, donde acaba de explotar como best-seller, sea sólo el principio de una ulterior escalada panislámica de la que también el occidente cristiano pueda ser destinatario.

Personalmente, y por simple curiosidad ajena a la calidad del escribidor, estoy deseando que las editoriales europeas nos ofrezcan la obra. Hasta cabe la posibilidad de que no sólo nos obsequien con ese único título sino con los precedentes, para mayor provecho del tirón comercial. Eso posiblemente ocurra, en atención a las más elementales leyes de la mercadotecnia, cuando el autor sea sentenciado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué pena le caerá a Sadam siendo tan perverso? ¿Dará la pena más publicidad a su obra como las fotos en calzoncillos o la obervación caballar de su dentadura?

Anónimo dijo...

Y falta conocer las memorias de Sadam Husein como prisionero, que sí que pueden ser muy comerciales, con sus precedentes en la ratonera donde pasó meses escondido. Todo un negocio editorial en ciernes.

Anónimo dijo...

Hay cosas inverosímiles, y una de ellas es que un tirano se pueda forrar escribiendo novelas, por mucho marketing que se le eche y por mucho que se le satanice.

Anónimo dijo...

¿Habrá pena capital? Sería lo que faltara para completar el negocio editorial.

Anónimo dijo...

Creo que la pena capital no está prevista. Nada se sabe del resto de prisioneros. ¿Dónde están?

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