Teoría de los manifestantes y teoría de los emigrantes

Melibea del Huerto

Hay quienes sostienen que de no ser Galicia la región donde se iban a celebrar este mes unas elecciones autonómicas, el Partido Popular no hubiera convocado o auspiciado previamente tres manifas, tres, para presionar al gobierno de la nación. Que eso, ante unos comicios próximos en Cataluña, Euskadi o Andalucía, habría jugado más en contra que a favor del PP.

La teoría puede ser creíble si nos atenemos sobre todo a la tendencia conservadora de voto que afecta a la Galicia interior y rural. Es muy verosímil que allí aún prime la rancia nostalgia voceada y descrita en los gritos y pancartas de los miles de manifestantes aglutinados en las calles de Madrid y Salamanca. Ni a Fraga ni a Rajoy se les puede negar un perspicaz conocimiento del paisanaje campesino de su tierra. En atención a ese discernimiento, la triple cita de masas prestó un refuerzo considerable a la campaña electoral.

Pero como ni siquiera así obtuvo el Partido Popular la mayoría absoluta, ahora la teoría que se maneja es la del voto de los más de trescientos mil emigrantes que viven lejos de Galicia. ¿Será éste propicio al PP? ¿Tendrán algún efecto las aludidas manifestaciones sobre un colectivo al que cabe imaginar con la mentalidad más abierta y está integrado, además, por un 50% de gallegos descendientes?

Si se considera que los márgenes numéricos van a estar muy reñidos y que éstos se ciñen a la provincia de Pontevedra -puede que también a Orense-, es muy probable que el futuro gobierno de Galicia caiga del lado socialista, en alianza con los nacionalistas del Bloque. Si es así, lo habrán decidido quienes hubieron de abandonar su tierra en busca de un porvenir más próspero que el que Galicia les daba durante la dictadura. La suya será, por eso, una muy respetable y justa decisión.