Félix Población
La susceptibilidad interpretativa en torno a las palabras del presidente del Gobierno es máxima en los bancos de la oposición. También, en los medios próximos o confesos de la oposición, poseídos de un singular estado de irritabilidad desde el 14-M. Por eso ha cundido la alarma ante el último mensaje del señor Rodríguez Zapatero en torno al diálogo con ETA.
Esta vez no expresó lo ya sabido, que la conversación será posible cuando los terroristas se rindan, sino que matizó con rebaja esa condición: Si existe una opción que el gobierno pueda contrastar de que ETA tiene la voluntad de dejar las armas para siempre. El detalle es digno de reconsiderar porque puede ser un indicio de la inmediatez del diálogo o de que algo se cocina muy en las interioridades de la trastienda gobernante sobre lo que la banda pueda reclamar a cambio.
También cabe presumir de esa manifestación de don José Luis que la debilidad de la organización terrorista, por duras y efectivas que hayan sido las últimas acciones policiales, no lo es hasta el grado de darla por agónica. Incluso podría pensarse que en su actual estado de anemia, ETA impondrá condiciones espinosas bajo la posibilidad de coacción que representa su potencial agresividad al sentirse herida y acosada.
En todo caso, el señor Zapatero, que está en su derecho de justificar el diálogo con ETA que todos los gobiernos menos el suyo han tenido, debe afrontar ese encuentro con una perspectiva clara: acabar con el terror. No valen las promesas ni las treguas si no conducen, de hecho, a ese final.
En cuanto a las contrapartidas del diálogo, los terroristas no han de conseguir ninguna que atente contra la dignidad y justicia debida al millar de víctimas arrancadas por su culpa de la vida en paz con los suyos. La voz de éstos debe contar en las consecuencias que se deriven de ese diálogo tanto como el firme propósito, a través de la palabra, de evitar más asesinatos para que sólo las ideas y no el fanatismo prevalezcan.
2 comentarios:
Si con ETA en la UVI el PP está así, la que armaría con unos cuantos muertos.
Zapatero no pretende pasar a la historia por haber acabado con ETA. Eso lo dicen los megalómanos del otro bando que no saben de qué acusarle. Tengo absoluta confianza en que el presidente de este gobierno no pagará ningún precio político por acabar con ETA. Creo que después de Adolfo Suárez es de lo más digno que hemos tenido en Moncloa. El PP lo sabe y por eso no sabe cómo atacarle. Un saludo desde París para mi querido Lazarillo.
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