miércoles, 15 de junio de 2005

El manifiesto de Cataluña, Boadella y los tanques

Lazarillo

Es archisabido y está más que demostrado que a don Albert Boadella el nacionalismo catalán y similares le produce arcadas. Por eso ha suscrito con su nombre el manifiesto dado a conocer recientemente en su país y en el que caracterizadas personalidades de la cultura, la educación y el periodismo abogan por un nuevo partido político de carácter progresista que se desmarque del complejo nacionalista vigente en el Partido Socialista de Cataluña. Lo ha hecho, según hace constar, por razones casi físicas: por desprenderme de la desagradable sensación de claustrofobia y ahogo que siento ante este festival permanente de simbología y nacionalismo.

El señor Boadella, con el que he tenido el gusto de charlar largo y tendido acerca de la pasión que nos une, el teatro, es una magnífica persona, sumamente lúcida e inteligente en sus puntos de vista. Se comprueba una vez más en la entrevista publicada hace unos días en ABC. Afirma en la misma que desde hace años en Cataluña se nos ha machacado con el mensaje de que nuestro enemigo está más allá del Ebro y se ha vivido con la idea de que un día habrá que pasar cuentas con el pasado. Me parece demencial que un país esté inmerso en esta paranoia.

Mi muy estimado y admirado Albert no tiene reparo en expresar que al PSC le afecta la necesidad de hacer continuas demostraciones de pedigrí nacionalista, escorado por su pacto con Ezquerra, y que Maragall está tan extraordinariamente contaminado por el nacionalismo que se ha vuelto inútil, como el propio PSC. Yo soy un hombre de este territorio -sostiene Boadella- y mis hijos hablan la lengua que escucharon en casa, pero jamás he hecho de la lengua un efectivo militar, ni me ha servido para discriminar a nadie.

Tras señalar que existe una profunda separación entre los políticos nacionalistas y los problemas reales de la ciudadanía, el fundador de Els Joglars indica que el reflejo de eso es el nuevo proyecto de Estatuto: a la gente le importa un comino el Estatuto.

De la charla con el periodista se deduce, conociendo a Boadella y sus viejas simpatías desde la independencia por el socialismo, que su decepción ante el comportamiento del PSC en la Generalidad es más que patente. Quizá por eso no haya podido evitar al final de la conversación unas manifestaciones de extrema desmesura. Cree Albert que entre los dirigentes políticos del País Vasco y Cataluña hay un firme deseo de secesión y considera, con ocasión del Plan Ibarreche, que cuando un Estado no tiene disposición ni fuerza moral para, en el momento en que hay un acto de desobediencia constitucional, poner los tanques en el territorio que comete este acto de desobediencia, la situación se puede volver muy complicada.

Con todo el respeto y admiración que me merece su personalidad, estimo que Boadella ha echado con estas últimas palabras una palada de arena sobre las posibilidades renovadoras del manifiesto suscrito en su país. Como quedó demostrado en las urnas, fue la fuerza del voto de los propios ciudadanos vascos la que castigó los desafueros del fibroso lehendakari. A los tanques, amigo Albert, hay que desarmarlos siempre con la palabra y tú -mejor que nadie- deberías saberlo porque de ella vives y en la propia entrevista reafirmas uno de sus mejores y más substanciales valores: no hacer de ella un efectivo militar.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Flaco favor le hizo Boadella a la gente del manifiesto con lo de los tanques. Se ha pasado unos pueblos, como siempre que canta. Cada vez que lo hace tiene que dar la nota. Será todo lo teatrero que se quiere pero a veces hace el payaso.

Anónimo dijo...

Los firmantes de ese manifiesto, si no quieren confusiones, deberían
decir algo sobre lo dicho por Boadella. Este señor tiene todo el derecho a decir lo que dice, pero estoy convencido de que quienes van con él en ese manifiesto no coinciden con sus ideas sobre los tanques.

Anónimo dijo...

¿Y no será peor esto del nuevo partido político no nacionalista? ¿No es dividir a la única fuerza que de verdad puede competir con el nacionalismo, el PSC, aunque ahora le haga el juego?

Anónimo dijo...

Desde Cataluña:
Hace 40 años asistí al primer estreno de Boadella y Els Joglars -tenía yo 16- y he visto casi todas sus obras. Algunas muy buenas. Pero Jordi Pujol, al parecer, no le perdonó el escarnio que de su figura hizo en "Ubú rei" en el Teatre Lliure y el gran éxito que obtuvo (La obra, excelente, cierto, tampoco hizo mella en los votantes de Convergència, que se rieron a gusto) y a Boadella la Generalitat jamás le dió una subvención. Desde entonces sus trabajos tomaron un tono hipercrítico, con este "autoodio" típico que tienen algunos catalanes,valencianos, españoles, etc... que no encuentran nada perfecto y a su medida. El tono de Boadella como actor es histriónico y bufonesco. Yo siempre he pensado que quería ser como Dalí, llamar la atención como fuere, etc. Hablando con él personalmente ves que es una buena persona. Pero estos "egos" salen de vez en cuando a la luz con sus descabelladas ideas. Vete a saber si otra vez es por falta de subvención. Hay dos características del carácter catalán: "el seny" (el sentido común, la razón) y "la rauxa" (el arrebato incontrolado). Algunos catalanes tienen más del uno que del otro. Boadella es un "arrauxat". La realidad que pinta ese manifiesto es increíble. Nadie cree que el PSC sea lo que dice (entre sus afiliados y simpatizantes está la mayoría de la población procedente del resto de España), ni de la lengua se ha hecho un efectivo militar ni discriminatorio, ni tenemos ningún enemigo en ninguna parte. Yo creo que la lectura que hace el manifiesto de la realidad es a través de los titulares de la prensa, dedicados a las batallas políticas. La vida real va por otro lado en estos momentos, es cierto, y "pasamos" de los políticos. Por su mediocridad. Y es una pena que 1.000 "intelectuales" (¡Dios mío, si hubiera tan sólo 10 este sería otro país!) digan lo que dicen.
La opinión de Jordi Pujol, antes de romper con Aznar, era que con una lectura generosa de los actuales Constitución y Estatuto no hacía falta reformar nada.
Si los partidos promueven esta reforma es por el colapso económico que ha sufrido este territorio. ¿Se sabe que en 15 años ha llegado casi un millón de immigrantes a Cataluña,y que la obligación constitucional y la humanidad exigen que se les de sanidad, educación y ayuda social, tengan o no papeles y que no cuentan esos datos para las transferencias estatales?. En fin, el tema es largo, pero tranquilos... Hablemos una y otra vez, con respeto, nada de armas ni gritos, ni insultos. Sólo palabras.

Anónimo dijo...

ADDENDA: Donde digo 1.000, son sólo 15 inicialmente. Me confundí con la noticia de que aspiraban a recoger 1.000 firmas entre colegas. Hubo en 1981 un "Manifiesto de los 2.300" intelectuales sobre la persecución del español. Lo encabezaba F. Jiménez Losantos. Vió y continúa viendo gigantes donde sólo hay molinos. Lo que decía: Ojalá tuviéramos 10 intelectuales no mediáticos, de pensamiento profundo, de trabajo intelectual reconocido, que gozaran de las características que J.L. Aranguren expone en sus memorias: "el intelectual es un ser solidario (con la humanidad, con los suyos) y solitario (independiente) para decir la verdad".

Anónimo dijo...

Oportunas la recordación de 1981 y la definición de intelectual de Aranguren. De esos intelectuales nos quedan muy pocos.

Anónimo dijo...

Por cierto, le preguntaría a alguien que tenga la ocurrencia de ser oyente de la Cope si el de La Mañana ha recordado su manifiesto de 1981.

Anónimo dijo...

Puede que tenga razón Jacint y que Boadella no haya recibido la subvención esperada de sus amigos los socialistas, como tampoco la tuvo con su querido Pujol.

Anónimo dijo...

Boadella es un empresario teatral que habla según le va el negocio. Y ahora le va mal porque ha tenido que remontar La Torna a falta de argumentos, con los que hay.

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