sábado, 4 de junio de 2005

Bush en Babilonia y el medio siglo de hazañas liberadoras de Rumsfeld

Lazarillo

El gran César lanzó sus rayos
y realizó conquistas junto al profundo Éufrates

(Las Geórgicas, de Virgilio)

Ante la denuncia de Amnistía Internacional de calificar la prisión colonial de Guantánamo como el Gulag de nuestro tiempo, el Secretario de Estado de Estados Unidos no tuvo ningún reparo en defender la gloria de su país: “Ninguna fuerza en el mundo ha hecho más por liberar a los pueblos, que nunca conoció, como los hombres y mujeres del ejército de Estados Unidos”. Quien sienta curiosidad histórica por indagar en la razón o sinrazón de tal aserto de Donald Rumsfeld, publicado en el diario ecuatoriano “El Universo” de Guayaquil, sólo tendrá que revisar el último episodio de esa altruista misión liberadora. Lo describe Tariq Ali (*), autor ya de una obra clave para el conocimiento del nuevo conflicto internacional entre civilizaciones, “El choque de los fundamentalismos.”

En esta ocasión, el reconocido periodista paquistaní, arrancando de la ocupación anglo-norteamericana de Irak, esboza con amena y documentada prosa un balance de la historia y cultura de Oriente Próximo, así como las particularidades de la resistencia del pueblo iraquí contra los imperios antiguos y modernos. Los efectos de la primera Guerra del Golfo, con el ulterior embargo económico, supusieron para la nación que pasara de ser una de las más ricas en su ámbito geográfico, con un PNB per cápita de 3.000 dólares antes de 1990, a una de las más pobres, con apenas 500.

El cronista califica de espeluznantes los efectos de las sanciones económicas, especialmente sobre la población infantil, aquejada de graves enfermedades ante la degradación de las reservas de agua. Tariq Ali deja constancia documental de que hay informes de la Agencia de Inteligencia de Defensa en los que, contraviniendo la Convención de Ginebra, el gobierno de los Estados Unidos utilizó las sanciones con ese intencionado propósito.

Según Tariq Ali no hay duda de que Irak vive actualmente una recolonización que supone un punto de inflexión que decidirá la política internacional en este siglo: “A veces los imperios olvidan por qué y contra quién están combatiendo, pero los pueblos ocupados rara vez sufren confusiones de ese tipo. ¿Cómo podrían sufrirlas cuando se les impone un régimen a caballo entre la Franja de Gaza y Guantánamo?”

En cuanto a la larga lista de campañas liberadoras emprendidas por el ejército USA a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, la referencia es muy completa, en evitación de la amnesia histórica que suele fomentar la cultura oficial. Recuérdese al respecto lo que dijera Martín Luther King cuando aún faltaba bastantes años para completar esa media centuria: “El mayor generador de violencia en el mundo es mi propio país”:

-Bombardeo atómico de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945: doscientos mil muertos, más centenares de miles de afectados por la enfermedades derivadas de las explosiones.
-Destrucción sistemática de los edificios de Corea del Norte. 900.000 muertos (1950-1953) entre Corea del Norte y Corea del Sur.
-Masacres perpetradas en 1965 en Indonesia, apoyadas por las agencias de inteligencia norteamericanas y realizadas por altos mandos militares estadounidenses: más de un millón de muertos.
-Guerra de Vietnam (1960-1975), con utilización de armas químicas: 50.000 soldados muertos de Estados Unidos y dos millones de vietnamitas.
-Tercera guerra del petróleo, 1990: entre 50.000 y 100.000 soldados iraquíes muertos.
-Efecto de las sanciones impuestas a Irak: un millón de muertos.
-Guerra de 2003 contra Irak: el libro no aporta datos, por estar aún el conflicto sin terminar en la fecha de redacción de la obra, pero las cifras hablan de decenas de miles, más los 12.000 iraquíes y más de 1.500 soldados norteamericanos que han perecido en graves atentados durante los 18 meses de una posguerra que aún promete más violencia.

A la lista de esos conflictos bélicos hay que añadir la ingerencia activa de Estados Unidos en los asuntos internos de una serie de países, con repercusiones represivas en muchos casos de extrema dureza. Por sólo citar las más sobresalientes: los operativos de la CIA para ejecutar a Che Guevara (1967), el permiso de golpe de Estado del general Pinochet en Chile (1973), la autorización de la invasión indonesia sobre Timor Oriental (1975), el apoyo al golpe de Videla en Argentina (1975), el golpe de Estado en Pakistán (1977), la invasión de la isla caribeña de Granada (1982), el apoyo armado a las fuerzas de la Contra en Nicaragua (1984), destrucción de la infraestructura social de Irak durante la guerra del Golfo (1990), intentona golpista contra Hugo Chávez (2002) e invasión y ocupación de Irak (2003).

A saber si esta última hazaña liberadora, como apunta Tariq Ali en su muy recomendable libro, no le fue dictada a la conciencia fundamentalista de mister Bush por su celo purificador contra la versión perversa que en la Biblia se da de la vieja Mesopotamia.
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(*) Tariq Ali: “Bush en Babilonia”. Alianza Editorial, España, 2004

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy mala la amnesia poducida por la órbita mediática afín al poder USA. Tan mala que esa sucesión de acciones de los Estados Unidos contra otros estados soberanos nos parece ahora remota. ¡Qué pocas veces se hace balance desde los medios de esa historia de "liberación"?

Anónimo dijo...

En Irak está ocurriendo lo que en Palestina. La insurgencia iraquí es otra entifada. El desarrollo de ese conflicto puede reservarnos nefastos acontecimiento en el área islámica. Mientras en Palestina las cosas parece que se van calmando desde que Arafat fue sustituido, otro foco de conflicto aguarda al mundo para los próximos años. La postura de Irán puede ser decisiva.

Anónimo dijo...

Dijo César: quien no está conmigo está contra mí. Y se le rindió el mundo.

Anónimo dijo...

Sabemos cómo empezó pero me temo que ni siquiera nos imaginamos cómo puede acabar. El punto de inglexión del que habla Ali puede ser el más grave que viva la Humanidad en su historia. ¿Pesimista? Ni mucho menos. Un realista bien informado no puede pensar otra cosa.

Anónimo dijo...

La elecciones en Irak se hicieron sobre un paisaje de muerte y de miseria. ¿Qué depara al mundo occidental ese otro mundo masacrado?

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