viernes, 17 de junio de 2005

Ante el 18-J y el 26-J : La iglesia de los pobres y la otra

Félix Población

Un día de hace ya algunos años, Nicolás Castellanos, obispo de Palencia, cargado de madurez y razón, dejó su diócesis y aventuró su ministerio en uno de los países más pobres de América, Bolivia, cuyo drama social hemos conocido mejor estos días con motivo de las revueltas populares. Como no podía ser menos, esa evangélica aventura le ha permitido a monseñor Castellanos sentirse venturoso.

Acabo de verle en una televisión de ámbito regional y lo primero que he percibido, al observar su actitud y escuchar sus palabras, es el ostensible remozamiento de su aspecto. Está claro que la vida da vida a quienes ejercen su vocación al servicio de una causa solidaria. La de Nicolás Castellanos se explica cuando dice que el problema de Bolivia es la miseria del setenta por ciento de la población frente a la extrema riqueza de unos pocos. Lo de siempre. También se ha sentido muy satisfecho de haber promovido en el país la primera escuela de teatro, consciente del primordial valor educador del arte de Talía.

No hubo referencia alguna a la manifestación de Madrid de mañana, en la que algunos de sus colegas -hasta veinte según los últimos datos- participarán activamente. Quizá monseñor Castellanos soslayó esa cuestión, consciente del riesgo de escisión que la católica iglesia corre ante el empecinamiento dogmático de su postura oficial respecto a la ley que regula el matrimonio entre homosexuales. Algún prelado catalán ha llegado incluso a señalar la nada remota posibilidad de una división entre la feligresía, expuesta y expresa ya en este Diario del Aire con ocasión del manifiesto del colectivo Atrio.

De lo que sí estoy seguro es de la aternativa personal y pastoral de Nicolás Castellanos, si públicamente pudiera elegir entre la manifestación de mañana, en contra de un derecho civil legislado por el Estado, y la del próximo 26 de junio, de carácter y convocatoria plural en varias comunidades de España. El nombre de esta movilización, con un eco mediático hasta ahora velado por el ruido de la primera, lo dice todo: Llamamiento Mundial Contra la Pobreza.

Es ahí donde una parte fundamental y ejemplarmente decisiva de los creyentes, la más próxima al mensaje de Cristo, quiere ver a su iglesia.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Le deseo a monseñor Castellanos larga vida al servicio de Jesús y las pobres parroquias de Bolivia. Su ejemplo sustenta el mensaje del Evangelio, políticamente encenagado por los mercaderes que usurpan la casa del Padre.

Anónimo dijo...

Estaremos pendientes, a ver si a ésa del día 26 también se apuntan 20 obispos.

Anónimo dijo...

La toma de partido político de la jerarquía eclesiástica en esta manifestación es lo más grave que le ha ocurrido a la iglesia católica en España desde el glorioso Movimiento. Me temo que la ciudadanía se lo va a tener en cuenta. También, buena parte de los creyentes.

Anónimo dijo...

Y los obispos que no van a ir, ¿qué es lo que piensan? Lo de que no van por sus muchas obligaciones, como dijeron los de Cataluña, no cuela. ¿Hay un cisma latente en el seno de la iglesia de Roma?

Anónimo dijo...

Contra la pobreza no se manifestarán, tranquilo. Tampoco se manifestaron cuando Juan Pablo II dijo no a la guerra.

Anónimo dijo...

El pontificado de Juan Pablo II ha hipotecado gravemente a la Iglesia española por muchos años. La elección de los más serviles no ha sido la de los más inteligentes. Y así nos va y nos va a ir. En fin, que la mayoría de nuestros obispos no pasarían un sencillo examen de teología actual, ni de moral cristiana del presente, ni de exégesis bíblica. Y además son tontos: se manifiestan contra una ley aprobada por el mismo Parlamento que aprueba su financiación. Y para "salvar a la familia". Nos salvarían si consiguieran hacer viviendas más asequibles para los jóvenes, residencias para los ancianos, que se pudiera conciliar vida laboral y familiar, etc...

Por suerte, Castellanos en Bolívia, Buxarrais en Ceuta, y algunos pocos más, se han leído el evangelio entero. Y esto da esperanza.

Anónimo dijo...

Me pregunto a qué esperan los creyentes que no están con esa iglesia partidista y reaccionaria para desvincularse de esos credos.

Anónimo dijo...

El obispo de Granada, que fue el primero en apuntarse, tuvo que dolver 14 de los 20 autobuses previstos para la expedición. Como la manifa ser un fracaso y mañana pierda Fraga, la de dios.

Anónimo dijo...

Menos mal que hay obispos como Castellanos que tomen el relevo del mártir Romero y del dimisionario Casaldáliga. Son los que verdaderamente dan testimonio del Evangelio, los que lo traen y hacen creíble en el siglo XXI. Existen muchos movimientos cristianos de base en esta línea: comunidades populares, teología de la liberación, teología feminista... pero cara a la galeria es bueno también que salga en los medios el otro rostro de la Iglesia, el de la auténtica comunidad de iguales de Jesús, la que no condena, sino que se solidariza, la que frente a los anatemas opone la misericordia de Dios encarnada de manera efectiva en la lucha por la justicia

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