sábado, 21 de mayo de 2005

Dos ex prisioneros USA denuncian la lacra de Guantánamo

Lazarillo

El pasaje se incluye en un documentado libro-testimonio sobre la prisión de Guantánamo, esa lacra ulcerosa contra la humanidad inserta en territorio cubano y bajo dependencia colonial de los Estados Unidos, escrito por la joven periodista catalana Emma Reverter(*). “Guantánamo se ha convertido en un agujero negro legal, reconvertido en punto de arresto de presuntos terroristas, donde no rigen las normas más elementales de los Derechos Humanos”, dijo en su día David Galove, codirector del Centro de Derecho y Seguridad de la Universidad de Nueva York.

En el hospital del recinto carcelario se han registrado un 30 por ciento de casos de depresión o ansiedad entre los reclusos y hasta 32 intentos de suicidio. Los efectos de los cambios bruscos de temperatura, la música estridente, la alteración de las pautas de sueño y las luces cegadoras han cosechado esos graves trastornos. Sobre las vejaciones religiosas, no sólo “Newsweek” ahora sino la Cruz Roja y Amnistía Internacional ya se hicieron eco de las denuncias anteriormente.

Las autoridades norteamericanas alegan en el libro de Reverter que los centenares de internos que soportan esas injustificables penalidades, mejor llamadas torturas, no son prisioneros de guerra, sino enemigos en combate capturados en la guerra contra el terrorismo internacional, así que la tercera Convención de Ginebra no les incluye. La periodista española, consciente del valor que podrían tener sus testimonios en el contexto de la información, incluye en la misma las opiniones de dos ex prisioneros de guerra del ejército norteamericano, capturados durante la segunda guerra mundial.

Leslie H. Jackson, director de la Asociación de Ex Prisioneros de Guerra Americanos, que agrupa a un total de 50.000 inscritos, fue capturado por el Ejército alemán y pasó un año en un campo de concentración. Jackson estima que la situación de los presos de Guantánamo no tiene precedentes y que el pueblo norteamericano necesita que el Tribunal Supremo siente unas bases jurisprudenciales para la misma y cuantas puedan darse en el futuro en un planeta globalizado (el libro está escrito antes de que el Tribunal Supremo fallara sentencia en contra de las pretensiones de Bush, Cheny y el Departamento de Defensa y Justicia, sumos valedores de ese “agujero negro legal”): “Los prisioneros de Guantánamo no saben nada, desconocen por qué están allí, si se van a presentar cargos en su contra, si deberán cumplir condena en su país, si pasarán el resto de sus días en el Campamento Delta. Leslie Jackson define esa situación de tensa incertidumbre como una cadena perpetua de hecho, y añade: Se supone que somos los líderes del mundo, que deberíamos dar ejemplo. Si nosotros nos comportamos así, ¿qué podemos esperar cuando nuestras tropas caigan en manos de ejércitos enemigos? ¿Cómo podremos evocar entonces el respeto a los derechos humanos? “

Edgard Jackfert estuvo como prisionero bajo custodia japonesa durante la segunda guerra mundial. Japón no había ratificado la Convención de Ginebra de 1929. El 40% de los prisioneros norteamericanos no logró sobrevivir en las prisiones japonesas, frente al 1% que murió en los campos de concentración nazis, que sí respetaban por reciprocidad ese tratado: “Japón maltrató a los prisioneros de guerra estadounidenses y los obligó a trabajar en fábricas que producían el material bélico que después serviría para matar al hermano de ese mismo soldado en el campo de batalla. Sólo quiero que todos los prisioneros sean tratados conforme a la ley, no pido nada más”.

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(*) Reverter, Emma: “Guantánamo”.- Ediciones Península,España,2004.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo peor es la naturalidad con la que la mayoría acoge esta atrocidad sin precedentes donde se niega hasta la instrucción de un proceso para determinar cuáles fueron sus crímenes. Una acusación genérica, sin pruebas, sin concrcción, y cualquiera puede ser víctima de esta arbitrariedad. Cualquiera en cualquier país puede ser secuestrado y enviado a Guantanamo o cualquier otra prisión creada para los "enemigos" que EEUU ha creado en todo el mundo.

Anónimo dijo...

UsaBush no sólo invade países a su libre albedrío. Guantánamo representa al día de hoy una invasión de la dignidad personal, atropellada contra todo derecho.

Anónimo dijo...

La foto en calzoncillos de Sadam Hussein en el diario The Sun es una provocación más de occidente contra la dignidad de los musulmanes, para quienes esa exhibición pública es de las mayores ofensas contra la persona humana. A alguien le interesa forzar al máximo el grado de esas ofensas con tal de fomentar la inquina entre las dos culturas.

Anónimo dijo...

Se habla hoy de la expulsión de Cuba de una serie de personas relacionadas con la oposición a Castro. Pero Guantánamo es un secreto para los medios de información. Las noticias contra ese fuerte de ignominia aparecen con cuentagotas. En Cuba quieren que la oposición castrista con más mala baba pueda ser libre de hacer sus fechorías, pero en Guantánamo no entra ni dios. Quienes fueron expulsados de Cuba pretendían atentar contra el régimen. Entre esos opositores no estaban los que pretenden cambiar la situación del país desde el diálogo, sino lo que no soportan el diálogo y pretenden actuar desde la violencia. Los mismos que derribaron un avión cubano y la muerte de 70 personas.

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