Celestina Tenerías
Esta urdidora de glosas encuentra a veces, en su deambular a ojo siempre selectivo por la Red, simpáticos botines para sus comentarios. El que trae a colación esta vez se lo suministró el aguzado rastreo de su caro colega Ricardo Royo-Villanova, A sueldo de Moscú, que lo inserta en su avispado Blog con la perspicacia y donosura que le caracteriza.
Resulta que uno de esos muchos gaditanos que llevan la sal en el pico, como manda su pedigrí y el cultivado ingenio de aquella bahía, recibió una carta del Area de Joventut i Esports del Ajuntament de Barcelona en la lengua de Maragall, que para eso se asoció a la Francofonía, más próxima al parecer a su parla y cultura que toda una historia junto a Castilla. El señor Bandrés Guerrero, destinatario de la misiva y empleado de la empresa andaluza Isleña de Navegación, en Algeciras, no tuvo ningún empacho en responder tal que así:
Zeñó:
He recibío zu carta de fescha catorse der corriente me d’Enero. Nó ha sío una jartá de difisi enterarno de los sucedío, y má o meno eztamo cazi orientao. Lo que toavía no z’entiende dertó e lo de “qué fem aquest estiu”, y ezo no podemo conchabá. En cuantito lo zepamos le contestaremo con musho arte.
Eá, zeñores, quedar con Dió.
Es deplorable que desde las instituciones catalanas se empeñen en imponer su mala educación a cuenta de reivindicar su admirable, respetable y respetada lengua. Máxime cuando se dirigen a los conciudadanos de otras tierras de España. Eso denota muy poco aprecio no sólo por su cultura sino por la de los otros. Porque la cultura es sobre todo entendimiento. Lo demás es tontería.
1 comentario:
Sigue teniendo su grasia la carta del gaditano, aunque creo que no es de ahora esa muestra de ingenio.
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