martes, 10 de mayo de 2005

Aire de futuro para una generación inmerecidamente a la deriva

Lazarillo

Este Lazarillo, habiendo recibido por correo electrónico una anónima comunicación de parte de una profesional del periodismo, en la que le insta a colaborar en una empresa informativa de su coleto y cosecha, se ha sentido muy honrado de que la tal le supusiera joven, estudiante y lo bastante entusiasta como para apetecer horizontes nuevos en este llorado oficio. Si sobre lo primero yerra, debo admitir que aún me considero afanoso de saber y motivado de discretas pasiones, por lo cual soy de ánimo susceptible para todo proyecto que comparta esos carísimos valores en decadencia. Espero que al incluir en esta airada y aireada Bitácora el artículo que sigue -publicado recientemente en el digital Diario Siglo XXI-, lleno de sentido común, claridad de concepto y muy digna prosa, no incurra yo en improcedencia con la autora, de cuyo santo y seña espero disponer para hablar de nuestra común vocación y puede que concordes anhelos. Los de este Lazarillo están en reddiario@f-m.fm

GENERACIÓN A LA DERIVA

Virginia Fernández Ruiz

Nosotros procedemos de una generación altamente cualificada que ha asistido a la revolución informativa más espectacular de los últimos tiempos, con la llegada de Internet y el desarrollo de las telecomunicaciones. Nos hemos educado en medio de una marejada informativa sin precedentes donde el problema no era la falta de datos, noticias o chismorreos, sino más bien el contrario. Hemos tenido que aprender a nadar en medio de la sobreabundancia informativa para no caer en la desinformación por exceso. Somos una generación de gente joven que ha estudiado y sigue estudiando hasta los treinta ante la falta de expectativas de un mundo informativo sobreabundante que nos prometía mucho y que nos ha dado poco. Un mundo donde la información no nos sirve para avanzar ni destacar tanto como creíamos, y donde los acontecimientos se suceden y manipulan sin que nosotros podamos hacer nada para evitarlo. Somos una generación que se dirige hacia la deriva y que es víctima de la propia sociedad de la información que tanto ha cambiado el panorama mundial y la percepción general sobre nuestra realidad.
El mes de junio se acerca, y de nuevo miles de licenciados saldrán a las calles con su diploma bajo el brazo y una sonrisa pletórica en los labios, dispuestos a comerse un mundo que posiblemente les coma a ellos primero. Una generación que busca su sitio en medio de la nada y que se dedica a escuchar los problemas superficiales de una sociedad consumista al otro lado del teléfono, sin rostro y sin identidad, con un currículum arrugado en el bolsillo donde se especifica que sabes cuatro idiomas, los cuales posiblemente nunca te servirán para encontrar trabajo. Una generación de gente joven que vagabundea y prostituye su alma por cuatro duros al mes en las plataformas de teleoperadores de atención al cliente, telefonía, banca o telemarketing, a las espera de que la sociedad de la información les proporcione el sitio que les había prometido y no se los coma con patatas.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo, me ha gustado su bitácora y, además, en sus enlaces tiene usted "A sueldo de Moscú", que es una de las muchas debilidades de esta abuela, lo que me hace presagiar que estamos al comienzo de una buena amistad... a pesar de que usted sea periodista, que siempre es un inconveniente para la salud mental.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Muy agradecido por su gusto. Digo lo propio de su Blog y apuesto por
esa amistad en el aire. De las bitácoras enlazables desde la mía no tengo
contancia del mismo tratamiento, por si algo pudiera hacer como abuela
sobre el partícular. Gracias por la constancia de Diario del Aire en la
suya. Haré lo mismo en breve. No soy muy avezado en esas técnicas. En
cuanto al oficio, creo haberme curado con la disidencia, la distancia y
los años. Un saludo cordial

Anónimo dijo...

Le he puesto en mis enlaces de portada, pero flaco favor le hago, ya que mis recomendaciones cierran más puertas que otra cosa. Usted no es necesario que me enlace, no tome una determinación tan grave, que indicaría poco seso y peores intenciones para con sus lectores.
La condición de periodista y los estudios en seminario diocesano dejan una huella que pilla todo el cuerpo: no lo olvide por si nota algún síntoma de recaída en la vocación periodística.
Un abrazo virtual de esta abuela.

Anónimo dijo...

A fe que tendré en cuenta lo de las hipotéticas recaídas, si bien me considero en deuda con Gatopardo por su diligencia en incoporarme a sus enlaces. En esto de la Blogosfera naciente hay un mucho de narcisismo, como si la posibilidad de cabalgar virtualmente a solas fuera poco menos que heroica quijotada. Así es que cada cual busca sus afines para que unos y otros se lean mutuamente y sumar así la mínima audiencia como para dar cada día el impulso de escribir. Lazarillo es en esto un poco atípico, al menos por ahora. Busca la afinidad en los azares de la Red y prefiere que las fidelidades surjan al albur de la sosegada lectura antes que pactadas o consignadas previamente. Cuente Gatopardo con la primera y algún que otro comentario en su Blog,cuando sea pertinente, si usted lo tiene a bien. Vale.

Anónimo dijo...

Como lectora omnívora leo toda clase de bitácoras,y enlazo para completar las limitaciones de contenido de Gatopardo.Y eso en buena lógica me hace ser yo quien esté en deuda de gratitud con quienes recomiendo.
En estos pequeños detalles se nota que nunca seré escritora. En cuanto a mis hipotéticos lectores, le confieso que sospecho que son todos de mi familia en primer o segundo grado, aunque de vez en cuando se despiste alguien y me lea por equivocación.
Un abrazo

Anónimo dijo...

¡¡¡Eh!!!

No hablen de mí sin que notificármelo, que se lo digo a Teddy Bautista, que no sé si podrá hacer algo en defensa de mis derechos, pero seguro que se le ocurre aprovechar el asunto en defensa de los suyos propios. Hace días que tengo en la cola de tareas pendientes -como si fuera una impresora estropeada o desobediente- enlazar este blog desde el mío, pero soy un poco vago, y -en razón de que yo también soy periodista- obtuso, así que me cuesta mucho tocar las plantillas y el violín. Pero, vamos, que cualquier día lo coloco.

En fin, que

Anónimo dijo...

Hecho o acido.

Anónimo dijo...

Es terrible, no hay manera de hacer nada a espaldas de Ricardo, subvencionado largamente con el oro de Moscú.
Siento mucho que nos haya descubierto esta amena conjura, amigo Javier, pero así es la KGB: ahora sufrirá usted la terrible experiencia de ser recoendado por los dos impresentables y su honor sufrirá las consecuencias.

Anónimo dijo...

SOS, ayuda, ya me lo decía Gatopardo, ay las malas compañías, algo o alguien ha intervenido para que mi Blog quede subsumido en un extraño encantamiento que lo exime de la curiosa vista de mis muchos lectores allende y aquende la mar Océano. Llevo así desde la noche del jueves y temo que la suspensióin me cuesta cara. Ricardo y el Gato me valgan.

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