Lazarillo
Vicenç Navarro, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, vivió y trabajo desde su exilio en 1962 en prestigiosos centros académicos de Suecia y Gran Bretaña. Fue catedrático a partir de 1965 en The Johns Hopkins University (USA) y asesor de las Naciones Unidas, así como de otros varios organismos nacionales e internacionales y gobiernos como el de Salvador Allende en Chile. Trabajó asimismo como colaborador de la Casa Blanca en la asesoría de Hilary Clinton con motivo de la reforma sanitaria en Estados Unidos.
Reintegrado a la vida académica española en 1997, su concurso y lúcida actividad como profesional de la docencia y escritor de libros de sumo interés (más de veinte, publicados en varios idiomas) es todo un regalo para sus alumnos universitarios y los muchos seguidores de su obra. “Bienestar insuficiente, democracia incompleta: Sobre lo que no se habla en nuestro país”*, el texto del que entresacamos los valiosos conceptos que siguen acerca de la globalización y la política económica neoliberal, obtuvo en 2002 el Premio Anagrama de Ensayo. En el libro se analizan, entre otras facetas de la realidad socioeconómica, las causas reales del subdesarrollo social como consecuencia de la preponderancia de las fuerzas conservadoras en España durante la transición política, responsable a su vez de las carencias democráticas y las notables deficiencias de nuestro estado de bienestar.
“El proceso de globalización no es intrínsecamente positivo o negativo. Depende de quién lo controle. Lo que hoy se llama globalización es una forma específica de mundialización de la actividad económica desarrollada según unas políticas neoliberales que están dañando el bienestar de las clases populares del norte y del sur. No hay que aceptar, sin embargo, que el neoliberalismo sea la única versión posible de la mundialización. En la Europa Occidental los países que están más integrados en la economía internacional son los países escandinavos de tradición socialdemócrata. Y son, a su vez, los que ofrecen mayor protección social a sus poblaciones, con lo que se niega el discurso neoliberal de que tal globalización requiere una reducción de la protección social y del nivel salarial para mejorar la competitividad, argumentos que hemos visto reproducidos en los propios círculos gubernamentales en España con el partido Popular”.
“El gasto público y el gasto social del Estado español (como porcentaje del PIB) ha ido disminuyendo en los últimos seis años, y la justificación de este descenso (por parte de las opciones conservadoras que han gobernado durante ese tiempo España y Cataluña) es que es necesario para competir con la economía globalizada e integrada en la UE. En realidad, tales políticas de austeridad no son requeridas ni por la globalización ni por la integración europea, sino por las demandas del capital financiero, al que tales opciones son especialmente sensibles. Una vez más, la globalización se utiliza como excusa para llevar a cabo políticas impopulares que se presentan como necesarias e inevitables”.
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* Navarro, Vicenç: Bienestar insuficiente, democracia incompleta: Sobre lo que no se habla en nuestro país. Editorial Anagrama. Colección Argumentos, Barcelona, 2002.
1 comentario:
Datos para justificar la vigencia del 1 de Mayo en nuestro siglo: El deutche Bank anunción en marzo un incremento de los beneficios de un 87 por ciento y el despido de 5.000 trabajadores. Las grandes compañías aumentaron sus beneficios el año pasado más que en los últimos 30 años, algo así como el 40 por ciento del PIB de la zona euro. Los salarios en cambios,después de 25 años de moderación, sufren una pérdida de poder adquisito espectacular, motivo de la pasada huelga en Francia. De los 2.800 millones de trabajadores en el mundo, la mitad gana menos de dos dólares al día y 550 millones recibe menos de un dólar. ¿No son suficientes motivos para celebrar el 1º de mayo, salir a la calle y gritar que la dignidad de la persona no puede ser pisoteada?
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