Félix Población
Del DVD publicado recientemente por la FAES no sorprende la reincidencia cada vez menos creíble y más falaz del argumento. Tampoco su mala calidad, de la que es responsable el ex portavoz Rodríguez, fiel donde los haya al ex presidente Aznar. Lo que de verdad extraña y debería preocuparnos más de lo que parece es la tardanza en ser difundido, sobrepasado un año de la masacre del 11-M, y la inoportunidad de la fecha, poco antes de abrirse la campaña para las elecciones en el País Vasco. Si el retraso resulta chocante, con la que ha caído en los pasados meses, la coincidencia con el inicio del calendario de actividad promocional del voto mueve cuando menos a la perplejidad. Sobre todo si se estima el previsible descenso de apoyo en las urnas que las encuestas dan al Partido Popular.
Cuentan quienes disponen de antena confidencial en las sedes del PP en el País Vasco que esta última desmesura del presidente honorífico ha sentado muy mal a la militancia comprometida en los comicios. No es para menos cuando están en juego unos resultados sobre los que existe una dosis de trascendencia muy superior a la de otras convocatorias. Es como para pensar que el espíritu tutelar de don José María, antes que en la gobernabilidad más conveniente para Euskadi, confía en la que pueda resultar más desestabilizadora para el gobierno central.
En cuanto a las prudentes matizaciones de don Mariano Rajoy respecto al vídeo, su reproche sobre la visceralidad de quienes lo concibieron y diseñaron apunta una mínima disensión. La dependencia tutelar de Aznar sólo se puede mantener desde una derecha casi extrema e inoperante en la pugna electoral. Se notará en los comicios vascos, ahora. Y si se repite en los gallegos, después, probablemente la cohesión del Partido Popular se venga abajo por las vísceras de su jefe, que acaso oficie para la ocasión de revalidado adalid del sector más afín a sus descomedimientos.
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