lunes, 25 de abril de 2005

Gobierno radical: el extremismo del Partido Popular

Félix Población

Se tiene la sensación, a lo largo de este último año en la oposición, de que el único objetivo del Partido Popular es cebar con demagogia a la facción más conservadora de su electorado. Al PP parece importarle un comino que entre sus nueve millones de votantes haya una mayoría muy equilibrada, ubicada en el centro ideológico, a la que pueden no sentarle muy bien las arrebatadas manifestaciones de sus líderes.

En esta ocasión ha sido don Mariano Rajoy, como antes lo fueron Zaplana, Acebes o el propio don José María -en quien este tipo de histerias no sorprenden-, el que ha acusado de radical al actual gobierno. Tal calificativo, sobre ser ridículo, va camino de tornarse muy peligroso por su reincidencia de uso, no sólo por el partido opositor sino por quienes propenden e incitan a esa jerga ultramontana desde el sectarismo mediático.

En esa línea insensata de comportamiento, el Partido Popular está jugando ahora con algo tan serio como el Pacto Antiterrorista, acuerdo vital para la gobernación en paz del Estado y el fin de la violencia etarra. La razón esgrimida ha sido el concurso del Partido Comunista de las Tierras Vascas en las recientes elecciones de esa comunidad, sin reconsiderar que fue el gobierno del señor Aznar, hace dos años, el que permitió la inscripción de esa formación política, con Acebes como ministro del Interior y don Mariano como vicepresidente.Bloquear ese frente común contra la violencia cuando acaba de producirse en Francia un importante robo de explosivos, con la presumible firme de ETA, es un infame despropósito.

Durante el año que acaba de cumplir el actual gobierno socialista al frente del Estado, el señor Rajoy ha sido recibido por el presidente de la nación diez veces más que el señor Zapatero por Aznar en toda una legislatura. El dato refrenda la intención expresa y fehaciente de diálogo por parte de Rodríguez Zapatero. Si el PP lo bloquea en algo tan decisivo como la lucha antiterrorista, una de dos: o en el Partido Popular hay una crisis de caballo por el liderazgo que lo tiene sumido en el desbarajuste, hasta el punto de perder los papeles, o se están dando en su interior crecientes tendencias extremistas y hasta cismáticas, más en armonía con los postulados ultras de señalados voceros de la intransigencia y el resentimiento que con la crítica constructiva e inteligente de una oposición responsable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso quisieran los socialistas, que el partido Popular se rompiera, por aquello de divide y vencerás, pero tal como está España eso no va a pasar, asi que no esperen los sociatas y sus periodistas que eso suceda.

Anónimo dijo...

Galicia es tierra sumisa y apegada a la tutela de sus mayores, aunque estén tan carrozas como Manoliño. A lo mejor lo vuelven a votar sólo porque el pobriño no lleve un disgusto de carallo que lo deje peor de lo que está. Ya veréis como no hay peligro de que el PP pierda por Galicia lo que ya perdió en Vascongadas y Cataluña. Hasta puede ganar por goleada. Os lo dice uno de la terra.

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