sábado, 21 de mayo de 2016

UNIDAS PODEMOS

Desde Unidaspodemos.info (Asturias) nos llega este manifiesto muy oportuno y necesario para el periodo electoral en vísperas, que por su interés ponemos a disposición de quienes quieran suscribirlo en la página indicada:
 
Vivimos con la emoción de saber que las próximas elecciones pueden ser las nuestras, que por fin la política y la economía estén al servicio de la gente. Tenemos la posibilidad de cambiar este país, un cambio que las mujeres debemos protagonizar para que realmente represente a la mayoría social.
Las mujeres de Izquierda Unida, Equo, Podemos y muchas otras compañeras feministas, ya nos habíamos encontrado antes en las movilizaciones, en las asambleas, en las calles, en los movimientos feministas. Luchamos juntas contra el heteropatriarcado, contra el austericidio, por un país contra las violencias machistas. Luchamos juntas y vencimos a la Ley Gallardón.
Ahora, la alianza electoral puede multiplicar no sólo los votos, sino también nuestra fuerza. Porque más allá de sus limitaciones -en las que nuevamente coincidimos- abre un camino que nos da la posibilidad de situar el feminismo en el eje central de la política. Pasó ya la época en la que nuestras reivindicaciones debían esperar mejores tiempos o coyunturas, en la que había luchas prioritarias que condicionaban las de las mujeres. Así lo creía Clara Campoamor y Victoria Kent -a la que, sin embargo, admiramos en otros aspectos- se equivocaba.
Lograremos que el cambio sea de verdad un cambio también para las mujeres si defendemos nuestra presencia desde el principio, si seguimos luchando juntas y para ello es imprescindible poner toda nuestra voz, nuestras voces, que seamos visibles. Y las listas electorales no pueden ser una excepción.
Sabemos bien que medidas de acción positiva como las listas cremallera permitieron probar sin lugar a duda que las mujeres éramos relegadas también de la vida política. No obstante, cuando las propusimos tuvimos que escuchar que el Congreso se llenaría de mujeres florero, que el motivo de no estar en las listas era la falta de valía, o que no había suficientes mujeres dispuestas a dar el paso. Con la puesta en marcha de las medidas de acción positiva, demostramos que nada de eso era cierto y que nuestra invisibilización era producto de la desigualdad de género.
Todas hemos comprobado como esa desigualdad se manifiesta a veces incluso de forma inconsciente. Pero la paridad no es un capricho como no lo es la igualdad entre mujeres y hombres. El problema en la confección de la lista electoral constata que existe un problema y que es un problema social, no de las listas. Las llamadas listas cremallera tampoco son un capricho, y menos aún un elemento de presión para la negociación de listas en procesos de confluencia. Precisamente porque la igualdad, la paridad, y las cremalleras no se negocian, son elementos previos y deber ser asumidos antes de cualquier negociación o proceso.
Por eso, no permitamos que se nos relegue, que se nos posponga una vez más. Es necesario comenzar a construir desde este momento, de profundizar en las redes que hemos venido tejiendo todos estos años y conseguir llevarlas a las instituciones. Aprovechemos la oportunidad de recorrer juntas este camino que nos puede llevar a gobernar sembrándolo paso a paso de políticas feministas y de sororidad, porque unidas somos mucho más poderosas.

                          DdA, XIII/ 3274                           

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