sábado, 19 de julio de 2014

"TODAS LAS MADRES DEL MUNDO", POEMA DEDICADO A LA DIPUTADA ISRAELÍ AYELET SHAKED

Israeli lawmaker Ayelet Shaked 

Félix Población

Observen ese rostro. Me pregunto si esa mujer es madre, si lo ha sido o lo va a ser. O no lo va a ser nunca. Su cara es joven y agraciada, tiene unos labios sensuales que deberían beber y propagar la vida, y unas facciones dulces, delicadas. Hasta se le podría suponer una cierta ternura en los ojos. Representa a una diputada israelí de un partido radical cuyo nombre responde a las palabras Hogar Judío. Esta mujer, o lo que sea, ha condenado a muerte a todas las madres palestinas "porque dan a luz a pequeñas serpientes. Tienen que morir y sus casas tienen que ser demolidas. Son nuestros enemigos y nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre". Lo ha escrito Ayelet Shaked en su perfil de facebook.

Según refleja la agencia de noticias Europa Press, la legisladora afirmó que "detrás de cada terrorista se encuentran decenas de hombres y mujeres sin los cuales no podrían perpetrar atentados. Ahora todos son combatientes enemigos y su sangre caerá sobre sus cabezas". La diputada aseguró también que "el pueblo palestino le declaró la guerra a Israel y con guerra hay que responder. Basta de referencias oblicuas: esto es una guerra contra el terror, no una operación, no una estrategia de baja intensidad. Las palabras tienen su significado". Hogar Judío es un partido de la derecha religiosa nacional sionista y es fruto de la fusión del Mafdal con los partidos Tkuma y Moledet.

Sin apenas posibilidad de que esta auténtica hija del nazismo hitleriano pueda sentirse movida a comprender -no ya a sentir- estos versos, pongo en su conocimiento el poema escrito por Miguel Hernández, que con el título Guerra habla de las madres del mundo en su "Cancionero y romancero de ausencias". Con toda seguridad, las madres palestinas sí captarán, asumirán y abrazarán con sus lágrimas estos versos después de haber visto que sus hijos eran asesinados en las playas mientras jugaban al fútbol, con más saña que si fueran esas pequeñas serpientes a las que se refiere la aludida:

“… La noche sobrehumana
la sangre ungió de estrellas,
relámpagos, caricias,
silencios, besos, penas…”

MH

Todas las madres del mundo,
ocultan el vientre, tiemblan,
y quisieran retirarse,
a virginidades ciegas,
el origen solitario
y el pasado sin herencia.
Pálida, sobrecogida
la fecundidad se queda.
El mar tiene sed y tiene
sed de ser agua la tierra.
Alarga la llama el odio
y el amor cierra las puertas.
Voces como lanzas vibran,
voces como bayonetas.
Bocas como puños vienen,
puños como cascos llegan.
Pechos como muros roncos,
piernas como patas recias.
El corazón se revuelve,
se atorbellina, revienta.
Arroja contra los ojos
súbitas espumas negras.
La sangre enarbola el cuerpo,
precipita la cabeza
y busca un hueco, una herida
por donde lanzarse afuera.
La sangre recorre el mundo
enjaulada, insatisfecha.
Las flores se desvanecen
devoradas por la hierba.
Ansias de matar invaden
el fondo de la azucena.
Acoplarse con metales
todos los cuerpos anhelan:
desposarse, poseerse
de una terrible manera.
Desaparecer: el ansia
general, creciente, reina.
Un fantasma de estandartes,
una bandera quimérica,
un mito de patrias: una
grave ficción de fronteras.
Músicas exasperadas,
duras como botas, huellan
la faz de las esperanzas
y de las entrañas tiernas.
Crepita el alma, la ira.
El llanto relampaguea.
¿Para qué quiero la luz
si tropiezo con tinieblas?
Pasiones como clarines,
coplas, trompas que aconsejan
devorarse ser a ser,
destruirse, piedra a piedra.
Relinchos. Retumbos. Truenos.
Salivazos. Besos. Ruedas.
Espuelas. Espadas locas
abren una herida inmensa.
Después, el silencio, mudo
de algodón, blanco de vendas,
cárdeno de cirugía,
mutilado de tristeza.
El silencio. Y el laurel
en un rincón de osamentas.
Y un tambor enamorado,
como un vientre tenso, suena
detrás del innumerable
muerto que jamás se aleja.

Puntos de Página

+@A los trovadores y escribas de la paz 


Foto de Raya FM.
Malditos los que matan, malditos los que callan. ¿Qué dice el santo Padre,
que vive en Roma? Pónganse en el caso de que esos niños fueran israelíes.
O estadounidenses. Imposible. Son los responsables de la masacre y son los
únicos con bula para que estos crímenes queden impunes. ¿Qué dice el santo
Padre, que vive en Roma? Israel asesinó a 80 niños hasta ahora en su última
acometida militar contra Gaza. ¿Cabe imaginar algún Estado en el mundo
capaz de reiterar estas atrocidades sin que el mundo mueva un solo dedo por evitarlo?

                                                         DdA, XI/2.750                                     

4 comentarios:

Anónimo dijo...

MALDITOS, MALDITOS

Unknown dijo...

No encuentro escrito o declaración alguna del Gobierno español o de la UE contra el impune exterminio del pueblo palestino perpetrado estos días. Agradeceré que alguien me lo facilite. De paso, la vergüenza me cubre mi propia identidad como humano.
Artículo y poema certeros y sublimes. Enhorabuena

Anónimo dijo...

que se los follen a los putos palestinos; luego os quejáis del extremismo vasco, cuando los palestinos actúan bajo los mismos fundamentos que la ETA asesina. ¿o se trata de permitir que invadan y masacren a la sociedad judía con sus cohetes? dejarse de poses a favor de los radicales que menudo favor les hacéis.

Anónimo dijo...

MALDITOS, MALDITOS

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