Estamos de enhorabuena, amigo Antonio. Transcurrido más de un año desde que un día te instalaste con tu silla de ruedas en el portal de la consejera de Eduación del gobierno de Aragón, otro diario con solvencia entre los que ejercen un periodismo crítico, honesto e independiente (El Diario.es), tiene a bien dar noticia de tu historia, que ya había sido publicada hace meses en La Marea en varias ocasiones.
Quienes te conocen saben que tu permanencia ahí, reclamando con la paz y el vigor de la palabra una enseñanza universal, publica, laica y de calidad, no va a conocer tregua, por más que te sancionen o te lleven a los tribunales, como ocurrirá el próximo 3 de julio. A medida que se acerca esa fecha tengo la confianza de que quienes han decidido juzgarte deberían reconsiderar su decisión, no solo porque el caso del Perroflauta Motorizado ha sido hasta ahora un ejemplo de responsabilidad cívica en la exigencia de un derecho que beneficia a todos los ciudadanos, sino porque esa exigencia también se hace partiendo de un derecho aún más basico como es el de expresar pacíficamente una protesta, esto es, ejerciendo la libertad de pensamiento y expresión.
No sé qué pensarán aquellos medios de información de tu ciudad, Zaragoza, que silenciaron tu reclamación y tu testimonio en una céntrica calle de la capital durante más de un año, ni tampoco lo que experimentará la dirección de El Periódico de Aragón, donde colaboraste durante casi veinte años con un artículo semanal hasta que censuraron el que daba voz a tu propia noticia al cabo de un año de serlo. Pero posiblemente, al ver que El Perroflauta Motorizado salta a la actualidad nacional en medios más sensibles con lo que pasa en la calle, que diría nuestro Mairena, sientan una cierta molestia en su conciencia profesional.
Y es que, amigo Antonio, la vieja política de la casta y de la caspa y el rancio periodismo genuflexo ante el poder o los poderes se están quedando viejos, muy viejos, y las jóvenes generaciones que se precien siempre tienen un destino con el progreso, que dice mi admirado Luis Azcárate, no con el regreso. Con la libertad, no con el silencio ni la mordaza, de tan aciaga memoria.
Puntos de Página
Puntos de Página
Cada persona que crea en sí misma debe permitirse esa creencia.
DdA, XI/2.740
No hay comentarios:
Publicar un comentario