¿SE DISOLVERÁ ETA ANTES DEL 20-N?

Félix Población

Los más tenaces arúspices de la caverna mediática, tan del gusto y escucha de los directivos del Partido Popular, no cejan en sus presagios. Ahora que Zapatero ha adelantado en unos meses la celebración de las elecciones generales, coincidiendo con la fecha del fallecimiento del anciano caudillo de España por la gracia de Dios, es de temer que su insistencia sea mucho más contumaz. En su criterio, tal adelanto bien se podría deber a la posibilidad inminente de que ETA esté ultimando un comunicado terminante en el que anuncie su disolución. De ser así, el Partido Socialista, en la persona de su candidato a la Presidencia del Gobierno -que tan a fondo y eficazmente ha combatido a la banda-, recibiría un substancioso espaldarazo de cara a la cosecha de votos.

Hete aquí, sin embargo, que según datos facilitados por El Confidencial Digital, un par de días antes de que el Gobierno anunciara el adelanto de los comicios generales, los servicios de información del Ejecutivo emitieron un documento según el cual ETA no tiene intención de negociar nada con quienes van a ser derrotados el 20-N. La base de tal información sería el último boletín interno de la banda, difundido el pasado domingo con motivo del quincuagésimo segundo aniversario de la organización terrorista.

Podría sonar bastante convincente el argumento según el cual ETA desiste de dialogar con el vigente gobierno del PSOE, débil y con escasas posibilidades de que ese partido pueda salir victorioso en los próximos comicios, pero más aventurado parece esperar a que eso llegue a darse con un gobierno del Partido Popular. Cualquier acuerdo alcanzado con el actual Ejecutivo -se dice en el boletín etarra-, no tendría validez si se produce un cambio en La Moncloa. También se augura en el zutabe que se avecinan tiempos difíciles, para los que la banda solicita paciencia y unidad.

¿Qué sentido pueden tener para ETA las dificultades que avizora en el porvenir inmediato? Sea cual sea el que pretenda darle, lo más verosímil es que a la banda le queda muy poco futuro y su disolución, antes del 20-N, sería la mejor noticia para quienes creen que las ideas se defienden con la palabra y no a tiros contra la convivencia.