miércoles, 3 de agosto de 2011

EL 15-M Y LA VOZ DE LOS PUEBLOS


Félix Población

El pasado 23 de julio desembocaron en la Puerta del Sol de Madrid los caminantes del Movimiento 15-M. Sus mochilas estaban llenas de las reivindicaciones y quejas que habían recogido en los pueblos por donde habían discurrido sus distintos itinerarios: promesas incumplidas de hospitales, supersueldos de alcaldes, fertilizantes radiactivos, escasez de médicos, problemas de transporte, bajos precios en origen de los productos agrarios, abandono de las zonas rurales. El documento, elaborado en vivo y en directo, contenía la voz de un total de 300 localidades y pudo llegar hasta las manos del Presidente del Gobierno gracias al concurso de Gaspar Llamazares, que ofició de cartero. Al recibirlo, Zapatero se limitó a decir: vale.

Todo parece indicar que el desalojo ayer de la Puerta del Sol, donde el movimiento mantenía un puesto de información, así como la eliminación de las acampadas que el 15-M mantenía en el Paseo del Prado, obedecen a un plan de limpieza acordado por el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid con vistas a que la capital ofrezca el más pulcro de los semblantes de cara a la visita del Papa. Ese desalojo, que ha incluido algo tan insólito como el blindaje de la popular plaza madrileña, se ha producido un par de semanas antes de la llegada del pontífice, cuya estancia y eventos varios pagaremos en un 50 por ciento todos los ciudadanos, dándole a Benedicto y feligresía todo tipo de escenarios y alojamientos públicos.

Como era de prever, tal desalojo policial ha reavivado al movimiento, que probablemente haga notar su vigor y resistencia en los próximos días, con la posibilidad de que esa energía pueda llegar a coincidir precisamente con los eventos de la Jornada Mundial de la Juventud. Las autoridades deberían haber tenido en cuenta que es inútil arrancar la placa que el 15-M había inscrito en Sol bajo la estatua de Carlos III (Dormíamos, despertamos), como si con ello pretendieran erradicarlo.

Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir, escribieron los Indignados la pasada primavera. Las autoridades harían bien en considerar que esa frase, con la que está cayendo, no es solo literatura de almanaque sesentayochista. Es la voz de los pueblos, y claro que vale.

No hay comentarios:

Publicar un comentario