lunes, 1 de agosto de 2011

MÉRIDA Y GIJÓN: NUESTRA DERECHA HISTÓRICA Y LA CULTURA


Félix Población

Que Blanca Portillo es una de las grandes actrices del teatro español es algo indudable. La profesionalidad, sensibilidad y pasión que Portillo dedica a su trabajo escénico la han conducido a ocupar ese lugar preeminente, al que llegó catapultada por el éxito obtenido hace años en una popular serie de televisión. A sus cualidades como actriz une Blanca Portillo una inteligente capacidad para discernir tanto el cometido de su oficio como el sentido social y artístico del teatro. Por eso, cuando fue elegida directora del Festival de Mérida, su nombramiento fue muy bien acogido en el sector, pues se confiaba plenamente en su capacidad para potenciar el evento.

Tanto Blanca Portillo como la productora del festival, Chusa Martín, han reconocido que recibieron presiones desde la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Mérida, gobernados por el Partido Popular, para que se retirara una foto de una exposición en la que el actor Asier Etxeandía aparecía caracterizado de Jesucristo con un crucifijo entre las piernas. Eso, unido a problemas de índole económica y de gestión y transparencia en la organización administrativa, han llevado a las citadas a renunciar a la dirección del festival a partir de la edición de este año.

También en Gijón, con la llegada de la derecha (Foro Asturias) al Ayuntamiento de la ciudad, corre peligro de ser desmontada la popular Semana Negra, un animadísimo festival literario que a lo largo de sus 24 ediciones ha comportado un muy estimulante volumen de negocio, avalado por los 400.000 visitantes de este año y los más de 8 millones de euros de caja. A ello hay que añadir la indudable repercusión mediática que a nivel internacional ha cobrado la ciudad con el evento.

Si no se puede entender ni admitir, como no sea en tiempo de pasado nacional-católico, que en Mérida el celo inquisitorial presione para acabar con la posibilidad de un buen Festival de Teatro dirigido por una de nuestras más sobresalientes actrices, más cuesta comprender lo que puede llegar a ocurrir en la ciudad asturiana con un evento caracterizado por su proyección crítica y progresista. En ambos casos salta a la vista el valor portátil y perecedero que para nuestra derecha histórica tiene la cultura, con o sin la bendición apostólica de los talibanes nativos.

PS.- El 62 por ciento de los gijoneses se muestra partidario de que la Semana Negra se siga celebrando en Gijón.

NO A LA CENSURA ARTÍSTICA

Como ciudadanos y profesionales de la cultura y la educación de Extremadura nos parece insultante que las protestas de una minoría, amparada en la moral católica, obliguen a la retirada de una foto en la exposición “Camerinos” del fotógrafo Sergio Parra, en el Festival de Teatro Grecolatino de Mérida. Esta actitud nos devuelve a oscuras épocas de censura.
Nuestra sociedad tiene problemas mucho más graves, tanto económicos como morales, que ofenden mucho más la sensibilidad ciudadana que una foto artística de magnífica calidad. Lamentamos que las presiones sufridas sean utilizadas por el equipo directivo del Festival para presentar su dimisión. Pedimos que la foto vuelva al lugar de la exposición en que debería estar, sin censura, y, sobre todo, que las directoras del festival luchen por seguir desarrollando su trabajo y defendiendo su proyecto artístico.

Extremadura teatral / Asociación de Productores de Extremadura (Diario Público, 2VIII11).

No hay comentarios:

Publicar un comentario