jueves, 18 de noviembre de 2010

EL ARCHIVO DE LA REPRESIÓN Y EL REPRESOR HONRADO


Félix Población

El Gobierno de España va a solicitar a la UNESCO que el archivo de la represión franquista, ubicado en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, sea declarado Memoria de la Humanidad. Conformarían esa memoria los tres millones y medio de fichas policiales que, una vez concluida la Guerra Civil, contribuyeron a generar una dura y masiva represión durante la dictadura. Téngase en cuenta que la población de nuestro país apenas superaba entonces los 26 millones de habitantes.

En ese fichero se encuentran todos aquellos ciudadanos que, con anterioridad al golpe de Estado de 1936 o durante el desarrollo del conflicto armado, pertenecieron a cualquiera de los sindicatos, partidos de izquierda, logias masónicas, asociaciones obreras, ateneos libertarios, casas del pueblo y demás entidades consideradas delictivas por el régimen franquista. También se especifican en las mismas los cargos militares ejercidos por los fichados, en defensa de la República, en el transcurso de la Guerra Civil.

Tan escrupulosa y concienzuda labor represora contó con la presencia en Salamanca de un representante permanente de la Gestapo, fruto del acuerdo entre las policías franquista y nazi (julio de 1938) firmado por el general Martínez Anido y Himmler. De ese modo, ambas policías se suministraban información para el intercambio de prisioneros, soslayando los canales diplomáticos o las extradiciones por vía judicial, y tenían constancia de la identidad de aquellos ciudadanos cuyas actividades pudiesen atentar contra la seguridad de ambos Estados.

La vida de más de tres millones de españoles quedó marcada en la larga posguerra por la existencia de esas fichas. Para no pocos esa documentación comportó la muerte y para una gran mayoría supuso años de cárcel, destierro e inhabilitación profesional. Bien está, por lo tanto, que ese material represor ocupe por fin el lugar que merecen en la Memoria de la Humanidad, con los nombres de las víctimas de la dictadura franquista.

Si eso llegara a suceder, sin embargo, se daría en Salamanca una insólita paradoja: que siendo la ciudad sede del Centro Documental de la Memoria Histórica, con su archivo de la represión franquista como Memoria de la Humanidad, la figura de Francisco Franco siga mereciendo hoy en día el título de alcalde honor y medalla de oro de la ciudad por parte del Partido Popular que la gobierna, con la efigie del dictador tallada en uno de los medallones de la Plaza Mayor. No se olvide, además, que Salamanca es ciudad patrimonio de la Humanidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que ha sido cuatro y no dos las veces que el alcalde de Salamanca se negó a quitarle el título a Franco.

Publicar un comentario