miércoles, 24 de junio de 2009

SÁHARA: LA PALABRA OLVIDO NO ENTRA EN EL CERVANTES


Félix Población

Con motivo del Día del Español, el Instituto Cervantes promovió una bonita idea: llenar de palabras su web http://www.eldiae.es/ con las propuestas de sus lectores para que éstos votasen aquéllas que fueran sus preferidas. Entre las más votadas figuran chapuza, albricias, malabarista, valentía, infamia, cariño, bregar, luz y abrazo. La palabra que nos envíes -se decía en la propaganda dispuesta al efecto- viajará por todo el mundo, pero lo cierto es que esa afirmación, sustentada por una institución cultural de tanto prestigio y tan decisiva para el fomento y difusión de la lengua y cultura españolas, es mentira.

Las diversas asociaciones de solidaridad con el Sáhara aprovecharon la ocasión promovida por el Cervantes para tratar de insertar la palabra que más compete a la excepcional e injusta circunstancia histórica que afecta a su territorio, ocupado por Marruecos desde hace décadas. Ninguna mejor que olvido, ciertamente, pues centrándonos en la cuestión lingüística que tanto debería interesar a la mencionada institución, el pueblo saharaui es el único del continente africano que tiene como segunda lengua oficial el español y carece de una sede del Instituto Cervantes.

Según una nota de prensa de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS), la palabra olvido fue eliminada del listado de votaciones, con lo que cientos de votantes vieron coartada su libertad de expresión, pues no sólo fueron retirados en un primer momento los comentarios al respecto, sino que finalmente desapareció la palabra elegida para llevar a cabo estas propuestas. CEAS insta por eso al Instituto Cervantes a que explique y justifique tal eliminación, que recuerda los silencios impuestos en otros tiempos.

Es más, desde CEAS, y siempre ateniéndose estrictamente a la agresión estrictamente cultural que comporta esa mordaza impuesta a la palabra que mejor expresa la situación de la comunidad saharaui, se lamentan que en una zona de predominio francófono como es el Magreb árabe, el Instituto Cervantes deserte de su deber de apoyar y consolidar el uso del español por parte de esa comunidad, algo que no ocurre en otros territorios como Guinea Ecuatorial, donde se dio por terminado el proceso de descolonización.

Hay setenta centros del Instituto Cervantes en el mundo. Se fomenta y crece el estudio de nuestro idioma en muchas naciones del planeta. ¡Cuanta palabrería se gasta a menudo en proclamar el auge de una lengua tan expansiva cada vez que se abre una nueva sede! No hay ninguna entre las jaimas saharauis, y cuando esa comunidad, alojada en la intemperie del desierto, lo denuncia con la palabra olvido, el Cervantes no admite esa palabra. Es como si con ello la prestigiosa institución pretendiera tachar la identidad de todo un pueblo que habla en español. De esa magnitud es el dislate.

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