martes, 9 de septiembre de 2008

EL 11-S Y LA GUERRA DE IRAK EN LA ASIGNATURA DE HISTORIA


Félix Población
Nada mejor que haber asistido, como lector crítico de la actualidad, a dos de los pasajes históricos más relevantes del corriente siglo -los atentados del 11-S y la invasión y conquista de Irak- para comprobar la distancia que media entre esa percepción analítica en presente de indicativo y la que se ejerce, en tiempo de pasado próximo, en los libros de texto publicados por diversas editoriales y correspondientes a la asignatura de Historia del Mundo Contemporáneo del primer curso de Bachillerato.

Dado que mi postura, en relación con los hechos referidos, se alinea con la de muchos otros ciudadanos de España que se opusieron en su día tanto a la invasión de aquel país como a la inclusión entre las tropas ocupantes de soldados españoles -gracias al concurso del gobierno de José María Aznar-, estimo que la elaboración e interpretación de esos textos escolares con referencia a tales episodios constituye, cuando menos, una lectura carente de la objetividad requerida y en total discrepancia con un sector muy notable de la opinión pública, de la que nada se dice.

Mi hija tenía sólo seis años cuando ocurrió la gran masacre del 11-S y apenas ocho cuando la administración del señor Bush, con la connivencia de los señores Blair y Aznar en la reunión de Las Azores, decidió ocupar por la fuerza Irak excusándose en falaces argumentos. Como se recordará, se celebraron entonces en España y en el mundo masivas manifestaciones que congregaron a millones de personas en las calles de múltiples ciudades. Hasta tal punto fue así que mi hija, a fin de aplacar su curiosidad, demandó ante aquellas imágenes multitudinarias que llenaban los telediarios la causa de las mismas.

Se la di según mi versión de los hechos, con la mayor sencillez posible y acorde con su tierno entendimiento, coincidiendo de modo aproximado en mi perspectiva con la de algunos medios de información y la del entonces partido opositor al gobierno aznariego, que ganaría después las elecciones -tras la trágica jornada del 11-M-, en virtud sobre todo de su oposición a esa guerra y de su promesa -luego cumplida- de retirar las tropas españolas de Irak una vez ZP llegara a La Moncloa.

No debí de hacerlo tan mal porque mi hija, ahora con trece años, mantiene en su memoria lo esencial de lo que entonces le indiqué y luego le fui ampliando a medida que la ocupación de Irak se fue convirtiendo en una tragedia cotidiana, como si la barbarie cometida en las Torres Gemelas de Nueva York, que tanto le impresionó de muy niña, no dejara de multiplicarse durante los últimos años contra la población civil de aquel país.

Pues bien, ella y miles de estudiantes más tendrán que aprenderse, al cabo de tres años y si nada ni nadie lo remedia, uno de esos textos de Historia del Mundo Contemporáneo, publicados en algún caso por editoriales vinculadas a medios de información que en su día se mostraron críticos con la guerra de Irak, y cuya versión de los hechos se resume, entre otras consideraciones partidistas, en una detallada y dramática descripción de las víctimas del terrorismo islámico en occidente, frente un flagrante escamoteo o reducción de los cientos de miles de víctimas del país agredido: El número de bajas fue reducido entre los estadounidenses y sus aliados –se lee en el de la editorial Santillana, perteneciente al Grupo PRISA- y mucho más grande en el lado iraquí, que además incluyó a mucha población civil.

¿Qué quedará de la guerra de Irak en la memoria colectiva cuando las futuras generaciones hayan sido educadas?, se pregunta Javier Adler en su pormenorizado análisis de los libros de texto sobre esa materia publicados por cuatro editoriales. En el caso que me corresponde como padre, mi hija sabrá al menos que su libro de Historia del Mundo Contemporáneo esconde o minimiza la gran tragedia de los vencidos en el mundo en que ella y yo vivimos. Lo mismo nos ocurrió -con una tergiversación mucho más rotunda, sectaria y militante por parte de los educadores- a los alumnos de bachillerato de mi generación respecto a la Guerra Civil en España que vivieron y sufrieron nuestros padres.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que a muchas personas les resulta totalmente claro porque lo explican en el telediario a los/as adolescentes o niñ@s a quien, puede parecer que no importa esos asuntos , pueden llegar a preocuparles cuando ven, a niños y niñas de su edad , pero el triple de delgados y famelicos de lo que ellos mismos pueden llegar a estar nunca.
Por eso, y ya que creo que soy la lectora más joven del diario, me gustaría que los fabricantes de libros nos explicaran como nos merecemos la descripción de una guerra, y que no solo nos digan lo esencial.
GRACIAS.

Anónimo dijo...

Me parece bién lo que propone infantina, eso de que se explique con más claridad cómo está el mundo a nuestra sucesiva generación.

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