viernes, 31 de octubre de 2025

OSO PARDO: COLISIÓN ENTRE SU RECUPERACIÓN Y LA INFRAESTRUCTURA VIARIA*



Félix Población

Una osa parda adulta fue arrollada en la noche del pasado sábado por un vehículo en la carretera que va de Villablino a Rabanal de Arriba. El cuerpo del animal fue localizado en la cuneta de la calzada por el vecindario. Una vez personados en el lugar los agentes medioambientales y agentes del SEPRONA,  se tomaron las diligencias oportunas. 

El alto Sil, donde ocurrió el accidente, es uno de los ámbitos comarcales que sirven de territorio al oso pardo cantábrico. La imagen del animal muerto impresiona y duele a quienes admiramos a estos plantígrados tanto por lo impactante de su presencia sin vida como por ser una hembra de una especie protegida sobre la que se deberían tomar medidas que hasta ahora siguen estando pendientes de aplicación. 

Tanto los vecinos de las localidades situadas en esas comarcas  como los colectivos medioambientales donde ha ocurrido el atropello vienen insistiendo reiteradamente en la necesidad de una señalización específica y medidas de control de velocidad en carreteras que, como la de Villablino a Rabanal de Arriba, cruzan un entorno de monte cerrado y existen pasos habituales de fauna, sobre todo de osos, corzos y jabalíes, especialmente  al amanecer y al oscurecer. 

Me consta, como aficionado a la bicicleta y por las velocidades excesivas a las que circulan algunos vehículos en algunas carreteras de la provincia leonesa donde está señalada la posible presencia de fauna en la calzada, que de nada sirve esta señalización si no hay controles que sancionen el exceso de velocidad sobre la que está marcada. Muy pocos la respetan, por lo que  no es raro ver alguna víctima de esa fauna en las cunetas.

Me gustaría pensar que el conductor del todoterreno que atropelló a la osa iba a la velocidad marcada en esa carretera, si es que había señales. Celebro que saliera ileso del accidente, pero me gustaría saber también el lugar del impacto en su automóvil, así como  si el animal iba por el centro de la calzada o por la orilla como suele ocurrir en este tipo de avistamientos, al advertir las luces del vehículo y a la espera de encontrar el camino de fuga hacía el monte. 

Los osos suelen usar rutas marcadas por sus costumbres ancestrales. Somos los seres humanos los huéspedes de un territorio que les es propio  y que hemos contribuido a invadir hasta el punto de poner en peligro su sobrevivencia. Hablar ahora de exceso de población en esta especie, con motivo de un atropello que mata a un ejemplar y, sobre todo, a una hembra, me parece un despropósito. Se debe hablar de convivencia, de cómo las personas y la fauna deben habitar un territorio común sin riesgo para unas y otra. Sobran los despropósitos cuando se trata de defender nuestro patrimonio natural privilegiado y la convivencia de sus lugareños con la fauna que lo habita. 

Hasta trece osos han sido atropellados en las carreteras de Asturias, Cantabria, León y Palencia desde 2008, según la Fundación Oso Pardo. Diez murieron en el atropello y de los otros tres no se pudo recuperar el cadáver. En ninguno de los accidentes se registraron víctimas humanas. Estos datos evidencian la recuperación de la población osera, según la citada fundación, pero también la peligrosa colisión entre esa recuperación y la infraestructura viaria.

*Artículo publicado en Heraldo de León

DdA, XXI/6153

¿CÓMO PUDO UN PAÍS CONVIVIR TANTO TIEMPO CON TANTAS FOSAS DENTRO?



Remedios Palomo

Estoy empezando a leer una novela que en sus primeros capítulos describe las últimas sensaciones de un hombre y una mujer torturados, arrojados después a una sima del monte por los fascistas, y con las sensaciones de estar en la antesala de la muerte, inertes. En los capítulos leídos hasta ahora se describe el transcurrir de la vida normal y corriente en el pueblo al que pertenecieron y del que huyeron para salvar la vida. Los supervivientes conviven con estas ausencias violentas con normalidad. ¿Cómo ha podido un país entero, el nuestro, en cada uno de sus pueblos, los nuestros, convivir con completa naturalidad durante cada uno de los días de su vida con fosas repletas de tantas personas decentes?
A Antonio, que estaba preso en el calabozo del ayuntamiento, una madrugada se lo llevaron en camión a unos bancales, le pegaron cuatro tiros y lo dejaron tirado en el mismo camino a la vista de todos hasta que no sé quién se atrevió a enterrarlo, porque hasta eso les daba miedo.
Que tú, hoy, vas de paseo por un camino rodeado de vistas espectaculares y ahí al ladito está Antonio con sus balas metidas en el cuerpo desde hace 89 años como si fuera tan normal, como si su grito, la angustia de su agonía, la sorpresa de identificar a quien le estaba matando, confiando quizá en que su muerte tendría sentido, con la esperanza de un poco de amor, con la vaga promesa de ser al menos un recuerdo, tuvieran eco en la posteridad. Tal vez Antonio obtuvo consuelo pensando que en algún tiempo posterior de probada calidad moral, su bárbaro asesinato movería conciencias y serviría para mejorar la humanidad. Nadie te recuerda, Antonio.
Cómo habéis podido acostumbraros a pasar por allí, a pasear a su lado sin sentir siquiera un pellizco de angustia en el corazón. Porque yo desde que lo sé no puedo.
Qué duro este capítulo.

DdA, XXI/6153

CAROLINA ROMÁN Y SUS CIEN CHAVELAS, CIEN FASCINACIONES



Valentín Martín

Me entero por Paula Iwasaki, la del gato negro, la fuente inagotable de perfiles sobre el escenario, que "Chavela" ha alcanzado las 100 representaciones y va a por más. Hay voracidades tan lejos de las pavesas que te devuelven la fe. Fe de felicidades.
Esta "Chavela" nació en Valladolid donde Calderón de la Barca dió nombre a un teatro en la calle de las Angustias. Para invadir y gatusar el nombre de don Pedro hay que tener mucho coraje, mucho talento y haberte bebido todos los ríos.
Carolina Román, que tiene hambre de lumbre, se atrevió a escribir y dirigir este viaje a la última chamana. Desde el minuto uno de la primera representación uno se da cuenta de que ese ir y venir por el tiempo de los dulzones cirros que propone el montaje, iba para largo. Ha llegado a los 100 que es donde quiero yo estar para seguir escribiendo siseos y contradecir a la loquera.
Hay que cuidar las pasiones para que sean más y se pongan a clarear la vida desde el teatro. A mí me apasionan todas las pasiones, pero sobre todas, la libertad. Y esta "Chavela " es una evocación de la libertad en forma de canto sobre el amor y el dolor. Lo que nunca muere, como escribió aquel Sautier Casaseca que intentó robarme a mí una obra.
Las pasiones de "Chavela" tienen nombre de mujer a la sombra musical de Alejandro Pelayo. Aquí están María Rozalén, Luisa Gavasa, y Nita, Paula Iwasaki, Raquel Varela y Laura Porras.
Todas las ternuras queman y ellas son la multiplicación de las mejores seducciones que besan la vida. Como para pasar frío lejos de ellas.
Cien Chavelas, cien fascinaciones, que sean mil, y que María Isabel Anita Carmen de Jesús lo vea.

DdA, XXI/6153

BIENAL VARGAS LLOSA, UNA ESPECIE DE DAVOS DE LAS LETRAS EN CÁCERES


La Bienal Mario Vargas Llosa es el brazo visible de una operación cultural mucho más amplia: una red internacional de fundaciones, universidades privadas y editoriales que orbitan en torno de la Fundación Internacional para la Libertad (FIL), creada y presidida por el propio escritor. Desde hace años, la FIL se presenta como un espacio de “defensa de la democracia y la libertad”, pero en la práctica actúa como un think tank de la derecha neoliberal iberoamericana, con presencia de figuras vinculadas a gobiernos conservadores en América Latina, así como a la derecha política española. En sus patronatos se sientan empresarios del IBEX, dirigentes del Partido Popular, expresidentes latinoamericanos y las mismas editoriales que marcan la agenda literaria comercial. A esto se le da 650.000 euros de dinero público.


Troy Nahumko

El antiguo teatro, ornamentado, estaba escandalosamente vacío; un relicario dorado de glorias pasadas susurraba: “Érase una vez”. En las primeras filas, cuatro señoras mayores, fieles a los milagros de la laca, mantenían la compostura. Sus estolas, colocadas con desidia sobre el respaldo, cual invitadas reacias a la fiesta de la nostalgia. A un par de metros, algunas parejas bien vestidas jugueteaban con el móvil mientras organizaban la cena con la urgencia del que huye del “plato principal”. Y luego estaba él: el soltero. Canoso, chaqueta arrugada, aislado en su propia fila. Sentado como un centinela, custodiando la ilusión de un público que nunca llegaría. Una audiencia de uno, quizá de medio. Yo ya estaba preparado para verle carraspear y aplaudir en nombre de toda la provincia.

Los acomodadores, conscientes del desastre inminente (o al menos de la foto catastrófica que se avecinaba), empezaron a sugerir discretamente que todos se sentaran más cerca del escenario, supuestamente por recomendación del técnico de sonido, que alegaba “acústica” y “ambiente”. Sí, claro. En realidad, era puro atrezo: juntar a los pocos para que parecieran muchos. Taxidermia de público. Total, aquello era el plato fuerte del viernes dentro del macrofestival de 650.000 euros sufragado por la Junta de Extremadura para traer a Cáceres la VI Bienal de Novela Mario Vargas Llosa. Fuegos artificiales culturales con mecha glocal. Y con sillas vacías, amigo, no hay departamento de prensa que las maquille.

Lo curioso es que esta no es una bienal cualquiera. La Bienal Mario Vargas Llosa es el brazo visible de una operación cultural mucho más amplia: una red internacional de fundaciones, universidades privadas y editoriales que orbitan en torno de la Fundación Internacional para la Libertad (FIL), creada y presidida por el propio escritor. 

Desde hace años, la FIL se presenta como un espacio de “defensa de la democracia y la libertad”, pero en la práctica actúa como un think tank de la derecha neoliberal iberoamericana, con presencia de figuras vinculadas a gobiernos conservadores en América Latina, así como a la derecha política española. En sus patronatos se sientan empresarios del IBEX, dirigentes del Partido Popular, expresidentes latinoamericanos y las mismas editoriales que marcan la agenda literaria comercial. 

Miré alrededor buscando a los políticos que días antes habían jurado que estos eventos serían el músculo de la candidatura de Cáceres a Capital Europea de la Cultura. Ni rastro. La Bienal se ha convertido así en una plataforma itinerante de legitimación cultural: una ceremonia de prestigio literario que recorre ciudades –de Lima a Guadalajara– y que ahora desembarca en una provincia española con la promesa de situarla “en el mapa de la cultura global”. Lo que no suele mencionarse es el precio: 650.000 euros de dinero público en una región que apenas invierte en cultura de base, en bibliotecas o en proyectos locales.

El mensaje, disfrazado de promoción cultural, es político: la literatura como escaparate de un modelo ideológico, una especie de Davos de las letras que consagra la hegemonía del pensamiento “liberal”, esa palabra elástica que en España se traduce como derecha con barniz cosmopolita.

La élite cultural de la región también había tomado posición: boicot silencioso. Los escritores y culturetas de la zona, hartos de que los ignoren salvo para hacer bulto, decidieron no servir esta vez de ficus decorativo detrás de las vacas sagradas importadas. No es que simplemente faltaran, es que retiraron su presencia. Sus sillas, vacías. Sus aplausos, en huelga. 


Muchos escritores, libreros y gestores culturales extremeños denunciaron la falta de participación y el ninguneo institucional. Ni se les consultó ni se los invitó a formar parte del programa. Para ellos, la Bienal era el último episodio de una larga historia de desdén: cultura de escaparate frente a cultura real, selfies institucionales frente a apoyo efectivo al tejido cultural.

Subieron los ponentes: cuatro sumos sacerdotes de las páginas de opinión –Jorge Bustos (El Mundo), Máriam Martínez-Bascuñán (El País) y Diego Garrocho (ABC), bajo la moderación del profesor y tertuliano Teodoro León Gross–, todos como dos generaciones más jóvenes que el público. La imagen habría sido cómica incluso sin sonido, sobre todo por los zapatos. Ni una suela de cuero. Solo zapatillas de deporte blancas, impolutas, las que no se compran para correr, sino para parecer “informales” en televisión. El calzado lo decía todo: frescos, modernos, dinámicos… pero sin intención alguna de pisar tierra. Solo Máriam Martínez-Bascuñán rompía el hechizo, vestida para la ocasión, cuaderno en mano, como alguien que aún cree que pensar implica verbos, tinta y papel. Ella tomaba notas de verdad. Los demás ejercían de atletas del palabreo automático.

Y ahí comenzó. Primero flojo, luego creciendo, hasta invadirlo todo: el tufo. Un pestazo mental. Antes de darnos cuenta, Trump había entrado en la sala, literalmente; cual perfume malo que se cuela en un ascensor. El Fantasma Naranja, el Poltergeist Azafrán, el César Cheeto del Apocalipsis Occidental. Se apoderó del escenario como si fuera humo industrial; se infiltró en las metáforas, empapó los discursos, cegó cualquier intento de hablar de otra cosa. 

La charla –supuestamente sobre ensayo político, periodismo y responsabilidad pública– quedó atrapada en una rotonda fantasmal. Fake news, sí. Mentiras, claro. Amenazas a la democracia, por supuesto. Pero siempre lejos. Siempre “allí”. En América. En Trumpistán. En ese circo ajeno, cómodo y exótico.

Era alucinante. Cuatro exjefes de Opinión –gente que ha decidido portadas, fabricado relatos, inflado escándalos y amortajado otros tantos– y el único villano que se atrevían a invocar era extranjero, fluorescente y perfectamente ridículo. Ni una mención a nuestros propios carniceros de la verdad. Ni un amago de admitir que aquí, en Iberia, la realidad alternativa sale como las setas. Y desde luego, ni una sola referencia a que los mismos medios donde ellos han trabajado (o trabajan) no siempre han sido espectadores inocentes en este carnaval de espejos.

Condenaban el veneno de las mentiras… pero eran alérgicos a su espejo.

Fake news, sí. Realidad alternativa, sí. Pero con guantes. Y a miles de kilómetros. Había un pacto tácito, un acuerdo de caballeros firmado entre el camerino y el maquillaje: condenemos la plaga, pero solo la de fuera. Las mentiras serían americanas, las paranoias brasileñas, las manipulaciones rusas, inglesas, marcianas… cualquiera menos las nuestras. El aire apestaba a ese pacto. Olía a precaución ambientada con desodorante de limón.

Porque hablar de España –de nuestras épicas prefabricadas, nuestros periódicos obedientes, nuestras burbujas patrias a demanda– habría pinchado el globo principal: que aquel teatro vacío, aquel fiestón de 650.000 euros, iba a ser contado después como un triunfo histórico. Una cumbre. Un exitazo. Un rayo de genio europeo sobre la estepa extremeña.

Mejor, pues, hablar de las mentiras de los forasteros.
Mejor tratar la distorsión como plaga de importación.
Mejor mantener el debate limpito, global y heroico. 

Porque si ellos reconocieran lo que todos estábamos viendo –que ese propio evento sería luego empaquetado y vendido como lo que no fue– entonces la magia se caería, se vería el truco, la cuerda, y entonces el teatro entero –acomodadores, políticos ausentes, escritores fugados, sillas vacías y público fantasma– pasarían a formar parte de la misma mentira grotesca.

Así que el fantasma de la evasión sonreía sobre el escenario, con dientes perfectos.

Ellos seguían hablando. Con cuidado. Con elegancia. Pero siempre sobre otro país.

Cuando por fin encendieron las luces, el aplauso fue un pajarito: breve, flacucho, obligatorio. Los acomodadores sonreían con la sonrisa obligatoria. Los fotógrafos se contorsionaban como francotiradores, evitando a toda costa la inmensa geografía de butacas vacías. Los dignatarios huyeron primero. Las parejas retomaron sus reservas de cena. El soltero se levantó, se colocó la chaqueta con dignidad de tenor viudo y se perdió en la noche cacereña.

La semana que viene saldrá el comunicado: “Aforo completo. Éxito rotundo. Una ciudad volcada con la cultura. El Gran Teatro vibró con el debate.” Se imprimirá. Se compartirá. Se archivará. Y el mito, repetido lo suficiente, acabará convertido en verdad cívica. “La gente vino”, dirán. “La ciudad brilló”, dirán. “El evento importó”, dirán.

Y quizá, con el tiempo, hasta nosotros lo creamos. Porque en esta época de triunfos de cartón y villanos de importación, siempre es más fácil aplaudir el relato que mirar las butacas vacías. Y ahora, ya pueden los ponentes escribir el titular de mañana. 

Fake news”, nos advirtieron.

Y acto seguido, con una sonrisa impecable, fabricaron la suya

ABRAZAMOS A MARÍA LUISA RAMOS BARRIL, DEL "CONVOY DE LOS 297"

 


Lazarillo 

 

Supongo que a estas alturas, a punto de ser centenaria la anciana de la fotografía que difunde Omar Ramos Fernández, a Pedro Sánchez, por buenos que sean los asesores de que disponga, no se le ocurrirán más que unas palabras formales de saludo en el momento de dirigirse hoy a las doce del mediodía a María Luisa Ramos Barril. Muy poco para este reino de España con sucesivos gobiernos del Partido Socialista Obrero Español desde hace más de cuarenta años -los otros carecen de memoria democrática-, sin que las víctimas de las dictaduras nazi-fascistas hayan contado con el reconocimiento y homenaje que desde un principio deberían haber merecido por parte de un Estado democrático. Es por donde hay que empezar para que este Estado pueda evitar mejor la posibilidad de que la historia se repita. "Mi madre María Luisa Ramos Barril, con 97 años -escribe Omar-, es una de las pocas sobrevivientes del "Convoy de los 927" si no la única, y asistirá mañana viernes al acto que presidirá el Presidente del Gobierno de España, con motivo del “Día de recuerdo y homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra y la Dictadura” que tendrá lugar a las 12.00 horas en el Auditorio Nacional de Música".

 

DdA, XXI/6152 

DESPUÉS DE UNA PAZ DE FARSA, ISRAEL PROSIGUE SU MASACRE DE NIÑOS

 




Félix Población

Que algún medio tenga a bien recordar los editoriales y el tinglado de la farsa que se montó en Egipto con la paz de Trump para la Franja de Gaza, por favor, porque allí lo que se vendió y quiso hacer creer mediáticamente fue eso. Las hemerotecas y videotecas están hoy al alcance de unas teclas y, sin embargo, qué poco uso se hace de ellas para desmontar la hipocresía de quienes estuvieron en esa cumbre representado a los gobiernos de sus respectivos países y dedicaron sus alocuciones a encomiar esa farsa. Tanto el presidente norteamericano como el primer ministro israelí sabían, así como posiblemente Hamás, que aquello tenía las horas contadas y su objetivo fundamental y único era la recuperación de los rehenes por parte de Israel y el intercambio de estos por presos o rehenes palestinos, tal como reclamó Hamás. Se trataba de un alto el fuego, roto una vez más por el Estado genocida de Israel para demostrar de modo reiterado que el asesinato hasta ahora de decenas de miles de civiles palestinos lleva consigo también, desde el comienzo de la masacre, el de varias decenas de miles de menores. Más de un centenar de victimas mortales se registraron en los últimos bombardeos israelíes estos días. De ellas, casi la mitad (46) fueron niños y niñas. Por enésima vez un campo de refugiados, en esta ocasión el de Nuseirat, fue el escenario donde los aviones de Netanyahu descargaron sus bombas. ¿Hasta cuándo será así? ¿Le ha impuesto algún límite el Estado de Israel a su barbarie o, como me temo, habrá que ponérselo antes de que con sus acciones genocidas deshaga lo que de conciencia le queda a la comunidad internacional? La relatora de la ONU ha requerido a los gobiernos a suspender las relaciones comerciales y diplomáticas con Israel, con un boicot a sus productos, desinversiones y sanciones. La ONU, por su parte, debe suspender al Estado de Israel de la Asamblea General y proponer en ésta  la resolución 377 (Unión por la paz) para sortear el veto de Estados Unidos y conseguir así que fuerzas multinacionales garanticen la desocupación de la invasión militar israelí en la Franja de Gaza. De no darse estas circunstancias, podríamos encontrarnos ante la paradoja de que sólo Donald Trump, padrino del genocidio, tuviera posibilidad de acabar con este nuevo holocausto que las armas de su país siguen llevando adelante. Puede que en Suecia supieran de la falsía de la paz de Trump y consolaran al primer mandatario de Estados Unidos entregando el Premio Nobel de la Paz a su servil admiradora, Corina Machado, instigadora de una guerra civil en su país con el gobierno de Donald Trump ejerciendo en este caso el papel de activo invasor, sólo repudiable si el invasor es Rusia, no Washington ni Israel.  

DdA, XXI/6152

jueves, 30 de octubre de 2025

DEPLORABLE SILENCIO DE EUROPA ANTE EL ACOSO MILITAR USA A AMÉRICA LATINA

Aunque el editorial del diario mexicano La Jornada se refiere a la inadmisible intromisión de Estados Unidos en el ámbito latinoamericano, perpetrando hasta 57 ejecuciones extrajudiciales de personas desde el pasado mes de setiembre en aguas internacionales, tanto en el mar Caribe como en el Pacífico, resulta muy deplorable el silencio de los gobiernos europeos ante el despliegue de recursos bélicos de Estados Unidos frente a las costas de América Latina, mucho más, por razones obvias de historia y cultura, si uno de esos gobiernos, que se dice progresista, es de la monarquía española. 




EDITORIAL

El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, informó que su país hundió cuatro embarcaciones y asesinó a 14 personas en aguas internacionales del Pacífico. Asimismo, aseguró que los ataques ilegales dejaron al menos un superviviente, el cual se ubicaría en las cercanías de México y, por lo tanto, es buscado por la Marina mexicana en cumplimiento del Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar.

Washington ya ha matado a por lo menos 57 personas desde que en septiembre el presidente Donald Trump dispuso el despliegue de buques de guerra con el pretexto de combatir el tráfico de estupefacientes provenientes de Sudamérica.

Las agresiones de ayer suponen una grave escalada en varios sentidos: por el número de víctimas; por ser la primera vez que destruye varios botes en un mismo día, y por la ampliación de su radio de operaciones, que comenzó en las costas del Caribe cercanas a Venezuela, pasó al área del Pacífico ubicada al otro lado del Istmo de Panamá y se desplazó ahora significativamente hacia el norte.

Debe expresarse con toda claridad: cada uno de los ataques perpetrados por las fuerzas armadas estadunidenses en este contexto ha sido un crimen, pues las ejecuciones extrajudiciales lo son sin importar quién, dónde ni contra quién se cometan. Se trata de fechorías particularmente abominables por la absoluta desproporción en el uso del autodenominado ejército más letal del planeta contra personas que no le causaron ningún daño, no le suponían amenaza alguna, y a quienes se les conculcaron todos sus derechos humanos.

La impunidad con que han sido masacradas y el anonimato en que se les mantiene –es decir, la negación póstuma de su identidad– exhiben la demolición de los principios institucionales más básicos, un patrón que caracteriza las actuaciones de Washington allende sus fronteras y que ha alcanzado niveles intolerables bajo el trumpismo.

Además de ilícitas, estas acciones buscan –y consiguen– un efecto desestabilizador en una región que tiene suficientes problemas propios y no debiera verse convulsionada por el impacto de las decisiones unilaterales y arbitrarias de un régimen fuera de control. Un ejemplo inmediato de las consecuencias perniciosas reside en la necesidad de desviar buques y efectivos de la Marina a la búsqueda de la persona superviviente: si bien hacer todo lo posible para localizarla y rescatarla constituye una obligación humanitaria que México cumple con diligencia y buena voluntad, el dispositivo de rastreo implica distraer recursos materiales y humanos que podrían emplearse en tareas como el apoyo a los damnificados por las lluvias, o el genuino combate tanto al tráfico de drogas como a otras modalidades de crimen organizado.

El despliegue de recursos bélicos de Estados Unidos en aguas contiguas a América Latina debe parar. La pretensión de forzar un cambio de gobierno en Venezuela; favorecer el regreso de la ultraderecha en Colombia; presionar a las autoridades mexicanas para que acepten su agenda militarista, así como la violación sistemática de los derechos humanos de personas a las que no se les probó la comisión de delito alguno, son inadmisibles y han de ser condenadas por todos los estados de la región, los cuales se encuentran bajo amenaza a su integridad, sin importar el signo político de sus gobernantes.

 LA JORNADA DdA, XXI/6151

LAS PRÓXIMAS ELECCIONES VAN A SER UN PLEBISCITO, DICE JULIANA EN OVIEDO

 Desconozco la información que publicarán los medios convencionales de Asturias sobre el acto que tuvo lugar ayer en el festival Pan y Roses que se celebra en Oviedo, pero la presencia en la tribuna de Enric Juliana y Enrique del Teso, dos de los más cualificados analistas de la actualidad política. debería tener al menos la reseña que dedica a la misma Diego Díaz en Nortes. Para Juliana es primordial ahora que la sociedad civil reemprenda la escuela democrática que se vivió en la transición y cree una corriente de opinión que amplíe las libertades. Enrique del Teso cree que progresismo no debe “replegarse sobre sí mismo”, sino esforzarse por salir a ampliar la base social de la democracia, sin prejuicios, abriendo esta defensa a personas que no se encuentran en la izquierda, pero sí en la ciudadanía demócrata.


El mundo se ha complicado mucho y mientras tanto se ha desgastado la capacidad pedagógica que solía tener la política”. Enric Juliana abrió fuego en la presentación del festival Pan y Roses con un llamamiento a ampliar la discusión social en foros como esta feria del libro social que se desarrollará a lo largo del próximo fin de semana en Almacenes Kuivi. Para el periodista catalán es fundamental que desde la sociedad civil se haga un “esfuerzo ateneístico” que sirva otra vez de escuela democrática, tal y como sucedió en la Transición, cuando se desarrolló un rico entramado asociativo vecinal y cultural que fue creando en todo el país una corriente de opinión en favor de la ampliación de las libertades.

El hombre de La Vanguardia en Madrid, uno de los periodistas más influyentes y respetados de España, estuvo acompañado del profesor de la Universidad de Oviedo/Uviéu Enrique del Teso, también colaborador de NORTES. Del Teso apuntó que en todo el mundo mucha gente está llegando a la conclusión de que “la democracia está sobrevalorada y que únicamente necesitamos un líder”. ¿Es inevitable que vayamos a ese mundo? Juliana consideró que el progresismo no debe “dar la batalla por perdida”, “entrar en pánico” ni “replegarse sobre sí mismo”, sino que debería esforzarse por salir a ampliar la base social de la democracia, sin prejuicios, abriendo esta defensa a personas que no se encuentran en la izquierda, pero sí en el bando democrático. “Las próximas elecciones van a ser un plebiscito y la mayoría de la población lo sabe” sentenció el periodista.

Siempre atento a las cuestiones religiosas, el periodista catalán puso el acento en el regreso de los jóvenes a la religión, incluso en Europa, el continente menos religioso del mundo: “Si todo se pone en cuestión regresan las grandes preguntas y el pensamiento religioso”. “El nervio religioso del mundo está excitado. Hasta el Partido Comunista Chino está recuperando a Confucio”.

Para Juliana las diferencias entre el Papa Francisco y su sucesor, León XIV, son de estilo: “Va a la colisión con Trump, aunque sea con formas menos vistosas que Francisco”. “Nos guste o no la Iglesia católica se está convirtiendo en uno de los últimos baluartes del universalismo cuando la ONU está siendo dinamitada por dentro”.

Pan y Roses es una iniciativa de la Dirección General de Agenda 2030 del Principado, realizada en colaboración con la editorial Hoja de Lata, la Universidad de Oviedo/Uviéu, Amnistía Internacional, Asturies con Palestina, el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe y La Ciudadana. Beatriz González, viceconsejera de Derechos Ciudadanos, denunció en la presentación del festival “el veto a una persona por el mero hecho de ser palestina” en referencia al escritor Basim Khandaqji y su hermano Yousseff, a los que Israel ha prohibido viajar a Oviedo/Uviéu para participar en el evento.

DdA, XXI/6151

AQUELLAS NOCHES "QUITAHAMBRE" DE DIEGO CAÑAMERO...

Vuelve con este texto Diego Cañamero Valle a contarnos unos recuerdos más de su niñez andaluza, campesina y precaria. Los hace con la encomiable precisión de su memoria y el acertado estilo de la sencillez expositiva, por lo que desde este modesto DdA le instaría a que se animara y tratara de hacer acopio de sus vivencias para escribir un libro, con las mismas posibilidades de interés que tiene siempre, al menos para este Lazarillo, lo que nos cuenta. Creo haberlo dicho ya en otra ocasión, pero me parece oportuno insistir porque quien conoció en su propia familia la vida de trabajo y estrecheces que afectó al campesinado andaluz durante la dictadura, tiene en Cañamero a la persona más indicada para que no caiga en el olvido.  


Diego Cañamero

Las lluvias de estos días han penetrado en la Tierra hasta conseguir que las alúas (hormigas voladoras) salieran a la superficie inundando el cielo. Estos insectos son un festín de comida para las aves (gorriones, jilgueros, chamarines, verderones, mosquiteros, tordos, trigueros, cogujadas, terreras…). Estas variedades de hormigas suelen salir después de las lluvias y cuando el sol hace su aparición.
Antiguamente, en la época en la que la caza era una parte muy importante para los ingresos de las familias en el medio rural, se cogían estos insectos y se guardaban en cajas de cartón o de madera y se les iba alimentando con papel de traza, boñiga seca de vaca o cuscurro de pan duro. Cuando no llovía en el tiempo en el que se necesitaban estas hormigas, se echaba agua en los agujeros de los hormigueros para que salieran ya que, estos insectos se utilizaban como señuelo en las costillas, percha, trampas, para atrapar a las aves que después las familias las utilizaban como alimento o que, simplemente eran vendidas o cambiadas mediante trueque por garbanzos, judías, lentejas, café, azúcar...
Este caso que he mencionado era el de mi familia: mi hermano mayor (José), que ya tiene 80 años, era un experto en la caza y suponía un alivio para el sustento de la familia.
Él utilizaba lazos y cepos para los conejos; durante el día, las costillas para las aves y para cazar de noche, el cencerro y la candileja.
Leyendo esto habrá muchos/as que os preguntaréis: "Pero, ¿cómo se pueden cazar los pájaros haciendo ruido con un cencerro?
La explicación es la siguiente: hace 60 años, en el medio rural abundaban los rebaños de ovejas, cabras, vacas... y a una parte de ellas se les colgaban campanillas y cencerros para que los cabreros, pastores y vaqueros supieran por donde iban andando de noche. Por costumbre, las aves ya tenían este ruido asimilado y familiarizado y por eso no se asustaban ni huían de ese sonido. Por eso, los cazadores de por la noche utilizaban el cencerro y una candileja de luz (un recipiente de lata y un candil dentro con aceite y una torcía), para poder ver a los pájaros que estaban durmiendo en el suelo.
Éstos, con el ruido no se movían y con la luz eran deslumbrados, permitiéndole al cazador pisarlos con el pie.
De hecho, en una ocasión, mi hermano se presento en la casilla donde vivíamos con 50 docenas de pajaritos que había cazado durante la noche. Esto lo hacía mi hermano cuando sólo tenía 14 años y solía cazar sólo de noche. Su sitio preferido eran los presillos de los toros bravos. Los presillos son el lugar donde se apartan los toros que son destinados a ser toreados en una corrida.
Era allí porque él sabía que allí no se metía nadie ya que era más peligroso y también porque allí siempre había más pájaros.
Esta práctica que os cuento se hacía en invierno, con poco viento para que no se apagara la candileja y por supuesto sin que la luna estuviera fuera para no ser visto por los pájaros, es decir, en las llamadas: noches oscuras. A estas noches se les llamaban "quitahambre". El sonido del cencerro retumbaba en los estómagos vacíos, el humo negro de la candileja era retenido en las cejas y viseras de la gorras, el rugido de los toros bravos al pasar a su lado hacían temblar tu cuerpo. Cuando te sorprendía la lluvia, se te mojaba el alma y el pan del día siguiente. ¡Cuántos días de invierno hemos visto llamar el hambre en nuestras puertas! ¡Cuántas noches hubo que apagar la candileja y salir corriendo cuando estábamos cazando para evitar la envestida de un novillo!
La Dictadura Franquista nos lo prohibió todo e incluso el pan había que buscarlo a escondidas y llenos de miedo.

DdA, XXI/6151

QUIEN OMITE SU DEBER A SABIENDAS DE QUE PUEDE COSTAR VIDAS HUMANAS



Lazarillo

Supongo que por razones protocolarias, sólo tres familiares de las víctimas de la DANA pudieron expresar ayer su dolor y el recuerdo de los fallecidos en el funeral de Estado que tuvo lugar en el Museo de las Ciencias de Valencia, con presencia del Jefe del Estado, del presidente del Gobierno, algunos ministros y el máximo responsable de la negligente prevención y gestión de aquella catástrofe, que debía estar escondido por algún lugar pues no tuvimos ocasión de verlo en una de las transmisiones del acto. De las tres intervenciones solo una, la tercera, fue interrumpida con aplausos por las familiares de las víctimas. Virginia Ortiz, prima de una de las seis personas fallecidas en Letur (Albacete), prestó su voz a la verdad, sin necesidad de leer lo que había escrito, quizá porque lo llevaba escrito muy adentro: "Las inundaciones son en España el fenómeno natural que más muertes provoca, pero no fue este fenómeno el causante de la catástrofe que hemos sufrido, es quien omite su deber a sabiendas de que su omisión puede suponer la pérdida de vidas humanas, quien comete el acto primigenio que deriva en sus muertes". Lo escuchó en directo el aludido, presente en el acto, un tipo al que su partido mantiene como president de la Generalitat de Valencia, pero que debería ser incapacitado como persona por falta de conciencia (vídeo).*

*Es de celebrar, por tardío que sea, lo que señala Pilar Manjón a propósito del acto laico celebrado ayer: Por fin, 21 años después del 11 M, hemos asistido a un acto en memoria de las víctimas de la Dana, ha sido un acto laico, civil e integrador de todas las culturas, creencias e ideologías.

DdA, XXI/6151