Lazarillo
Estos días hemos tenido copiosa información acerca de las vicisitudes experimentadas por la lideresa opositora Corina Machado para salir de Venezuela y llegar a Oslo, donde le esperaba la entrega del Nobel de la Paz por instar a la invasión de su país. Generalmente ninguno de esos medios contó que en la capital noruega hubo manifestaciones populares de protesta en contra de la distinción a la galardonada. Tampoco, obviamente, a las versiones del gobierno de aquella república iberoamericana, que desmentían totalmente la odisea de Machado, que el ministro Diosdado Cabello consideraban propia de un guion de Steven Spielberg. Lo más razonable para saber con la mayor certidumbre si se había escrito o no ese guion -copiado por la mayoría de los medios contrarios al gobierno de Nicolás Maduro-, era buscar fuentes en la propia isla de Curazao, adonde se dice viajó la lideresa para volar desde allí a Oslo, con la ayuda de Estados Unidos, según dijo la propia viajera. Pues bien, este viernes Gilmar Simon Pisas, primer ministro de Curazao, afirmó que ninguna autoridad extranjera compartió con su gabinete información previa o posterior alguna sobre la llegada y salida de Machado de esa isla caribeña. Pisas contactó incluso con el consulado de Estados Unidos solicitando noticias al respecto, sin que haya habido respuesta hasta ahora. O sea que lo del Wall Street Journal sobre un viaje secreto en bote a Curazao de la lideresa venezolana para salir de su país, dándolo incluso como una operación de sumo riesgo por el diario El País, habría que haberlo consultado al menos con la primera autoridad de la mencionada isla, cuyas declaraciones sí recogió la agencia de información NTN24.
DdA, XXI/6196

1 comentario:
Cosas veredes... El guión será de Trillo que, después de la narración aquella de la heróica recuperación del islote Perejil (y dejar la política), se habrá animado a apostar narraciones más largas e transnacionales...
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