Para el columnista de CTXT, la actitud del presidente valenciano después de su tremenda irresponsabilidad con consecuencias fatales no fue un hecho aislado, fue un protocolo consistente en mentir y ya veremos. Uno que hemos visto aplicarse muchas veces, desde el 11M a los chanchullos de la pareja de Ayuso. Mazón no es peor, ni mucho menos, que quienes le aplaudieron puestos en pie en el Congreso nacional del PP del mes de julio y hoy le niegan el saludo porque es un lastre en las encuestas. El que llegue para sustituirlo apostará por la misma compañía de Vox que sostuvo al comensal del Ventorro. Se va Mazón, pero en Andalucía siguen quienes se iban de almuerzo mientras privatizaban la salud dejando los resultados de pruebas oncológicas aparcados en un cajón.
Gerardo Tecé
De Mazón se pueden decir muchas cosas; el problema es que todas están dichas hace tiempo. Sin nada que perder y mucho que seguir mintiendo, el dimitido presidente valenciano comparecía en el Congreso citado por la comisión que investiga lo ocurrido durante la dana en Valencia –como si no lo supiéramos–, así que los grupos de izquierda se tiraron al cuello. Haciendo leña de un árbol ya caído, sus señorías se quedaron a gusto. Irresponsable. Mentiroso. Inútil. Homicida. Psicópata. Son algunos de los adjetivos –ni uno mentira– que Mazón escuchó en sede parlamentaria. Un error porque, para una comisión de investigación, hubiera sido más preciso y esclarecedor definir a Carlos Mazón como lo que es: hijo legítimo de esta derecha que nos ha tocado vivir. Atizarle a un trozo de madera tirado en el suelo no sirve para nada, excepto para dar a entender que ese mentiroso, inútil, etcétera, etcétera es una especie de rareza. Un monstruo extraño en el universo derechista, una horrible excepción. No es cierto. Mazón es uno más y nunca estuvo solo. La actitud del presidente valenciano después de su tremenda irresponsabilidad con consecuencias fatales no fue un hecho aislado, fue un protocolo consistente en mentir y ya veremos. Uno que hemos visto aplicarse muchas veces, desde el 11M a los chanchullos de la pareja de Ayuso. Mazón no es peor, ni mucho menos, que quienes le aplaudieron puestos en pie en el Congreso nacional del PP del mes de julio y hoy le niegan el saludo porque es un lastre en las encuestas.
La leña del árbol caído no es tanto un error del leñador obcecado, que también, como un acierto del propio bosque tratando de defenderse: toma, dale duro a ese tronco y déjame a mí. Pregunte usted en el frondoso Palacio de la Zarzuela. Desde allí, antiguamente, salían cabezas de caballo recién cortadas a domicilio para evitar que alguien osara criticar públicamente al rey Juan Carlos. Hoy, caído en combate, no solo está permitido ir contra él, sino que se promueve y premia. Precisamente porque llamar ladrón a Juan Carlos es la mejor forma de decir que el nuevo rey, heredero de la misma institución intrínsecamente corrupta, es un tipo limpio, ejemplar. No es diferente lo que sucede entre la derecha y Mazón en estos días.
El que llegue para sustituirlo apostará por la misma compañía de Vox que sostuvo al comensal del Ventorro. Con ella, los mismos toreros en lugar de bomberos, la misma negación climática y sus episodios extremos, los mismos pelotazos urbanísticos que nos llevaron a donde estamos. ¿De verdad es Mazón un monstruo? Se va Mazón, pero en el PP se queda el Feijóo que le aplaudía y abrazaba en público. Se queda la Ayuso que, al parecer, no es monstruosa. Mazón no hizo nada, ella sí. Quizá habría que investigar si, cuando su Gobierno firmó el protocolo de la vergüenza, la presidenta estaba tomando cañas sin mirar el móvil o mirándolo. Daría igual. Se mantiene fuerte en las encuestas y eso es suficiente en su partido y en la prensa de derechas que ella misma subvenciona para poner como ejemplo a la señora de los 7.291 frente al monstruo de los 231.
Se va Mazón, pero en Andalucía siguen quienes se iban de almuerzo mientras privatizaban la salud dejando los resultados de pruebas oncológicas aparcados en un cajón. ¿Es el dimitido presidente valenciano mucho peor que eso? Mazón no es un monstruo, ni un asesino, ni un psicópata. Mazón es uno más dentro de una maquinaria siniestra que aplaude la detención de niños en Estados Unidos, apoya a Israel en Gaza, niega el problemón climático o apuesta por meterle motosierra a todo lo que huela a público, incluyendo alarmas orwellianas si viene una riada. No crucifiquen a Mazón porque el tipo es uno más dentro de esta derecha irresponsable. Uno que tuvo la malísima suerte de que su irresponsabilidad fuese demasiado visible. Ese es su único pecado.
CTXT DdA, XXI/6171

No hay comentarios:
Publicar un comentario